Opinión

Mirando, hay milagros para dar por un tubo

La idea de realidad descansa en un error de medición, derivado de otra idea, la de que el hombre es la medida de todas las cosas. Por eso, pensando que las cosas son como las pensamos los humanos, podemos imaginar, por ejemplo, que el deshojado de las bellísimas flores del magnolio en el primer temporal a los pocos días de brotar (como ahora) es un episodio triste para ese arbolito, cuando a lo mejor es un momento supremo de derrame y felicidad. De hecho, el observador goza al ver el círculo de pétalos caídos bajo el árbol, mientras las flores supervivientes se ven reflejadas en ese espejo de mano, cuyo mango es el tronco. Tal vez fuera esto lo que festejaba a las 08.00 de la mañana el petirrojo con su canto vital y enamorado desde el punto más alto de una chimenea del tejado, un diálogo fantaseado ante el que el observador no tiene belleza que aportar para formar un trío.

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