Opinión

Perdiendo el Norte

Desde que Brigitte Bardot saliera de escena apenas llegan noticias de los bebé-foca, pero es seguro que estarán sufriendo lo suyo con el deshielo de los casquetes polares. Sí vamos sabiendo de lo que les pasa a los pingüinos, cuya población merma dramáticamente, y de los frailecillos, que llegan a nuestras costas muertos por millares. Todas esas criaturas, de carne, hueso y pluma (o pelo), pero investidas de belleza por nuestro imaginario, son los pobladores de una quimérica pureza de lo blanco absoluto, el lugar en que vive todo el año Papá Noel y que dispensa fantásticos regalos, pero también son los sensores de una catástrofe muy real a plena marcha. Tomando ejemplo de la publicidad (y por tanto con pelín de demagogia), ¿cuántas negaciones de un negacionista, expreso o tácito, de esos que ralentizan las medidas frente al cambio climático, hacen falta para cargarse a un pingüino?

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