Opinión | Un minuto

Lo que sí preocupa

Qué gran acierto aquello de que los árboles no te dejan ver el bosque, pues hay un ocultamiento de lo que de verdad importa. Ocurre también en lo físico, un picor que parece un sarpullido está camuflando un tumor que te puede llevar al otro barrio si no lo atajamos a tiempo. Aunque cada día trae su propio trajín, nuestra mirada choca hoy con los inesperados incendios forestales —con una voracidad desusada por la época en que estamos—, o con el viaje de Sánchez a China, para volver a descubrir que sigue lacerante la guerra en Ucrania, o el incierto futuro de las pensiones, los líos de Trump, y así la actualidad de cada día, cosas y sucesos ajenos, lejanos si se quiere, que no nos afectan personalmente. Hasta que un día caemos en la realidad que yo, o un familiar o cualquier persona próxima necesitamos un médico, o ha de ser hospitalizada o han de recurrir a la cocina económica. El pasado 26 de marzo este diario informaba que las principales preocupaciones de los ciudadanos normales, los de la calle, son la crisis económica que lleva al desempleo, a la precariedad laboral, y la salud acuciada por una deficiente atención sanitaria. Eso es lo que preocupa de verdad, según quedaba claro en ese reportaje citado, y lo demás son zarandajas, fuegos de artificio.