Bienvenido a la derecha

Imma Sust

Imma Sust

Bienvenido. No has nacido y ya ocupas portadas, comentarios y chismorreos. Supongo que vendrás a este mundo porque uno de tus progenitores lo desea. El que ha puesto el esperma ha dejado claro que no diciendo que eres un bebé no deseado. Lo ha dicho y se ha quedado tan ancho. Vete acostumbrando, así funciona la derecha. No te permiten abortar, pero no le cuesta nada decir en voz alta que no te desean, sin pensar en el trauma que esto te puede provocar en un futuro. Espero que no sea así.

Quiero pensar que tu madre va a cuidar de ti y que tu progenitor, si algún día lo necesitas, ya no estará. Piensa que cuando cumplas 15 años, él tendrá 85. Y te darás cuenta de que la familia de sangre no es tan importante. Que las unidades familiares pueden constar de dos madres, dos padres, abuelos o tíos. Que una sola madre puede hacer más que tres padres millonarios. Que el dinero no lo es todo. Que una pensión no te convierte en padre y que no te mereces a alguien que no te desea. Nunca. Y eso sirve tanto para un padre, una pareja o un amigo.

Sí, te hablo a ti, futuro hijo de Gabriela Guillén, expareja de Bertín Osborne. Que, aunque él demuestre una responsabilidad afectiva nula y le quite importancia, tuvo una relación sexo-afectiva con tu madre. Y alguien así no se merece quererte. Nos consta que es buen padre con sus otros hijos, pero por alguna razón que desconozco a ti no te desea. Y lo dice así, con todas las letras. Y se enfada cuando lo cuestionamos desde los medios. Amenaza y ataca. Curiosamente, solo a mujeres periodistas. Sandra, Sonsoles, Emma, Mercedes, María, etcétera.

Sí, tu progenitor es un machista de manual. Y es por eso que algunas deseamos que tu madre te eduque en el feminismo y te deje ser quien quieras ser. Y que te ame mucho y de verdad. Lo mejor que te puede pasar es crecer sin esa educación que te daría ese supuesto padre antiguo, troglodita y casposo. Y con una nula educación sexual. Porque dejar preñada sin querer a una mujer a los 69 años tiene tela marinera.

Suscríbete para seguir leyendo