Artículos de broma

Apocalipsis laico y religioso

Javier Cuervo

Javier Cuervo

El ensayista Douglas Rushkoff es experto en internet, ese océano de información que se navega en superficie y en profundidad y es también psiconauta, navegante de la mente que describe y explica los efectos subjetivos de la conciencia, incluidos los que inducen las drogas y la meditación, lo que va de Timohy Leary a Santa Teresa. El autor de Coerción cuenta que cinco milmillonarios le invitaron a un retiro de superfluo en el desierto en 2017, como hizo, en pobre, Cristo. Querían charlar con él sobre el futuro de la tecnología.

De ahí sale su ensayo, La supervivencia de los más ricos, ese grupo de chiflados conocidos universalmente, premiados por la bolsa, las instituciones de la ejemplaridad y el acriticismo de los medios de comunicación. Estos tipos hacen planes en otro planeta porque dan la Tierra por amortizada y se preparan para el Apocalipsis, una obra psicodélica de Juan, muy influyente en las religiones de Estados Unidos y muy explotada como concepto en forma pop por la ciencia-ficción del pulp a la serie B y a los taquillazos.

Rushkoff narra los planes de futuro tópico y topo de vivir bajo tierra en búnkeres de lujo en Hawái, Nueva Zelanda y Croacia a prueba de terremotos y de desastre nuclear. Incluso en detalles tan disparatados como éstos queda a la vista que a esta gente le sobran montañas de dinero y que urge remediarlo con impuestos y redistribución, aunque lo más probable es que ricos de menor cuantía empiecen a desear urbanizaciones subterráneas; los constructores, a especular con el subsuelo y los bancos, a financiar la burbuja inmobiliaria subterránea.

El apocalipsis, la idea del final estadounidense —una cultura fascinada por el espectáculo de la destrucción— daña a la humanidad y al subsuelo. La guerra fría y el sálvese quien pueda del individualismo hostil americano ya urbanizaron el subsuelo de búnkeres unifamiliares en prevención de los bombardeos rusos y volvieron a hacerlo con la amenaza yihadista. Ahora la amenaza son milmillonarios que se protegen de sí mismos.

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