EDITORIAL

A Coruña, a la cabeza del hidrógeno verde

EDITORIAL LA OPINIÓN

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El compromiso del consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, quien garantizó al alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, que el hidroducto As Pontes-Guitiriz-Zamora se incluirá en su red transnacional de transporte es una excelente noticia para Galicia. Con este compromiso se solventa en parte el jarro de agua fría que supuso saber que esta conducción se había quedado fuera de las posibles ayudas europeas para infraestructuras energéticas y que se podrá solucionar cuando se presente el proyecto en la convocatoria del próximo año.

En la lista de esas ayudas de la Comisión no aparece ni una sola infraestructura en Galicia y, sin embargo, sí figura el conocido como H2Med, un conducto submarino que conectará Barcelona con Marsella y que comenzará operando con gas para luego, cuando sea preciso, convertirse en una vía para el transporte de hidrógeno. Junto a este proyecto aparecen otras infraestructuras españolas, como la planta de electrólisis de Tarragona y otras plantas similares en Bilbao, Cartagena, Asturias o el llamado Valle Andaluz del Hidrógeno Verde.

Para la producción de hidrógeno es necesario utilizar una gran cantidad de energía para separar los componentes que hay en el agua y el llamado hidrógeno verde es el que se produce utilizando fuentes renovables, por lo que su huella de carbono acaba resultando nula. Si consultamos el mapa de producción de energía renovable en España observamos que la gran mayoría de ella se genera en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia y que, curiosamente, Cataluña, el País Vasco o Asturias, donde van buena parte de las ayudas económicas de la UE, se sitúan en los últimos puestos del país.

A esta circunstancia hay que sumarle el hecho de que el Gobierno, que tiene el control en Enagás a través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), decidió convertir Galicia en el gran punto español de producción eólica marina al aglutinar en nuestras costas el 43 por ciento de las concesiones de todo el Estado.

Una gran cantidad de energía limpia que ha traído consigo una avalancha de peticiones de empresas para instalarse en los que se suponen que serán los puntos más beneficiados, como el puerto exterior coruñés, que no dispone de terrenos suficientes para dar respuesta a todas las solicitudes de implantación que ha recibido.

A Coruña fue pionera en apostar por esta fuente alternativa y, de hecho, la Autoridad Portuaria, con su defensa del Green Port abrió un camino que ahora siguen otras muchas dársenas y que ha llevado a punta Langosteira a liderar a nivel nacional esta nueva y pujante industria, con “solicitudes reales” con aval para instalarse en la zona con horizonte 2030 por valor de más de 1.500 millones de euros.

Su alianza con Inditex para instalar tres grandes aerogeneradores en el puerto exterior que servirán para abastecer de electricidad a las instalaciones que la multinacional textil tiene en Sabón y a las propias instalaciones portuarias, al tiempo que destinará el excedente energético a Enerfín, una filial de Elecnor que en 2021 solicitó una concesión para construir y operar una planta de hidrógeno verde en Langosteira, es una muestra más de que el camino está trazado y que ya no hay vuelta atrás.

Así pues, A Coruña tiene la energía y en breve tendrá las empresas, pero deberá seguir esperando para tener los medios necesarios que le permitan dar salida a ese hidrógeno verde que es la energía del futuro, un futuro cada día más cercano. Habrá que estar muy atentos para que el compromiso de Enagás se convierta en realidad.