EDITORIAL

El camino que marca la Fundación Marta Ortega

EDITORIAL LA OPINIÓN

EDITORIAL LA OPINIÓN

A Coruña todavía tiene pendiente la definición de qué uso pretende dar a los terrenos portuarios que van quedando vacíos con el traslado de la actividad a punta Langosteira. Este es, sin lugar a dudas, el principal asunto que hay que resolver, ya que la decisión que finalmente se adopte marcará el futuro de A Coruña para siempre. Hasta ahora, en lo único que existe consenso es en la necesidad de que esos terrenos se abran a la ciudad, de manera que los vecinos recuperen ese mar que hasta ahora tenían vedado. Por ello, habrá que abordar un cambio en ese plan general de 2013, todavía vigente, que prevé que en ese suelo se instalen usos terciarios y hoteleros. De hecho, en el muelle de Batería se contemplan un total de 34.458 metros cuadrados en los que se podría edificar, especificando que más de 18.000 metros serán para un centro comercial, 8.615 para un hotel y 7.753 para oficinas. Además, se concreta que esas construcciones podrían alcanzar nueve alturas. En estos tiempos, lejos ya de la locura a la que llevó la burbuja inmobiliaria a las administraciones locales, nadie en su sano juicio se imagina la construcción de una muralla de hormigón de 30 metros de altura delante del mar y en pleno corazón coruñés.

Aquel Consejo de Ministros, que presidió José María Aznar en María Pita tras la marea negra del Prestige y del que el entonces alcalde coruñés Francisco Vázquez sacó la construcción del puerto exterior, terminó por convertirse en una pesadilla para la Autoridad Portuaria, ya que es ella la que todavía tiene que asumir el descomunal coste de la ejecución de la obra en lugar de que fuera sufragado con fondos estatales, como sucedió en todas y cada una de las infraestructuras similares que se ejecutaron en nuestro país.

La única solución que se les ocurrió en aquel momento para afrontar ese gasto fue la de vender los terrenos, fiando a la especulación inmobiliaria la consecución de los fondos. Una decisión que se encontró desde el primer momento con la oposición de buena parte de la ciudad y que la explosión de la burbuja inmobiliaria terminó por dar la puntilla.

Ahora, la Fundación Marta Ortega Pérez ha solicitado formalmente la concesión de suelo en el muelle de Batería, en el lugar en el que, hasta el momento, ha organizado ya tres exposiciones de fotógrafos de moda. Según explican en su petición, lo hacen para afianzar la actividad cultural que realizan. Esta es, sin lugar a dudas, una muy buena noticia para A Coruña, que de este modo se garantizaría continuar acogiendo muestras de primerísimo nivel que la colocan en el mapa cultural a nivel mundial.

Según los estatutos de la Fundación MOP, su actividad gira en torno a la celebración de exposiciones de primer nivel, estructurando su actividad en tres pilares: A Coruña, la fotografía y la moda. De la mano de la arquitecta Elsa Urquijo, la presidenta de Inditex ha recuperado un escenario industrial, dando uso a una nave abandonada y a unos silos que parecían condenados a la demolición, creando un escenario único para las tres muestras que ha desarrollado desde 2021: Peter Lindbergh: Untold Stories (que atrajo a más de 110.000 visitantes), Steven Meisel 1993. A year in photographs y, desde el pasado otoño, Helmut Newton-Fact & Fiction.

Además, la Fundación dispone de un programa educativo que lleva la figura de estos creadores a las aulas gallegas, impulsando el alcance del proyecto Future Stories, dirigido al apoyo a creadores en su carrera artística. Resulta difícil imaginar un destino mejor para los terrenos del puerto que el que está marcando la Fundación de Marta Ortega.