Opinión | Un minuto

El móvil como una tómbola

Celebramos con mi acompañante que pudiese asistir a la reunión que habíamos concertado para la tarde del 5 de marzo, porque le avisaron telefónicamente del cambio de horario de una consulta médica. Y hablando de las llamadas que recibimos en el móvil fuimos amontonando experiencias. Yo aporté que he decidido no atender, ni abrir el contacto, de aquellas llamadas cuyo remitente me es desconocido, excepto las que tienen números muy largos porque me consta que son de sitios oficiales, tal es el caso de las comunicaciones del Sergas. Mi interlocutor me contaba el reciente intento de timo de un número desconocido que se presentaba como una comercializadora de electricidad, que le amenazaba con un inmediato corte de la luz si no se avenía a no sé qué chanchullo, etc. y así fuimos desgranando incidencias telefónicas como cualquiera de ustedes podrían hacer. Convenimos en que los móviles se han convertido en lo más parecido a una tómbola, disponemos de números y estamos expuestos a que te toque un fraude, una venta de muñecas, o el necesario cambio de operadora, con la posibilidad siempre cierta de que te llegue esa llamada que estabas esperando, o que por lo menos es una comunicación de una persona real y conocida. Hay que desear que te toque la buena.