Opinión

La voluntad de cumplir con A Coruña

Tren Avril en pruebas en A Coruña.

Tren Avril en pruebas en A Coruña. / Casteleiro / Roller Agencia

La decisión de Pere Aragonès de adelantar las elecciones autonómicas catalanas ha provocado una cascada de acontecimientos que han terminado con la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de renunciar a elaborar unos presupuestos para este año y, por lo tanto, prorrogar las cuentas del pasado ejercicio. Una opción que el presidente gallego ya calificó como desastrosa para nuestra comunidad, ya que supone que algunos proyectos e inversiones, cruciales para Galicia, se queden en el aire.

Desde la Xunta se apunta como principal damnificado el Corredor Atlántico ferroviario. El pasado año estaba previsto que se presentara el plan director del Corredor, el documento en el que se recogerán las inversiones, el calendario y las acciones concretas para modernizar la línea ferroviaria interior por la que se moverán las mercancías con destino a Europa. El problema es que este documento se retrasó a la espera de que Bruselas aprobara el nuevo reglamento de la red de transporte transeuropea, lo que supone que si este año, finalmente, se presenta el plan, habrá que esperar a los presupuestos de 2025 para comenzar a aplicarlo.

Del mismo modo, otro compromiso de difícil cumplimiento es la prometida rebaja de los peajes en la AP-9 y en la AP-53, que se sumarían a los ya implantados. Según se recogió en el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez firmado entre el PSOE y el Bloque, estas partidas se incluirían en las cuentas de este año, como también lo harían las necesarias para la creación de los juzgados extraordinarios de violencia de género en Lugo, Ourense y Santiago.

Igualmente, la prórroga de las cuentas del Estado también afecta a la ciudad de A Coruña, ya que deja en el aire el avance del vial 18, la ampliación del puente de A Pasaxe o la mejora de la red ferroviaria a Ferrol con la ejecución del baipás de Betanzos. Sin embargo, el Gobierno central, el Concello y el Puerto garantizan que se siga con la ejecución de las obras que están ya adjudicadas o se encuentran en marcha en estos momentos. Esto supone que el aplazamiento de los presupuestos no afectará a la ampliación de la avenida de Alfonso Molina, la construcción de la estación intermodal o el tren a Langosteira.

Todas estas ejecuciones tienen partidas millonarias para este año y para los próximos, fijadas ya en anteriores ejercicios, lo que sirve para que, independientemente de que el Gobierno se tenga que mover con unos presupuestos prorrogados, la continuación de los trabajos esté garantizada.

Además, son muchas las voces que apuntan a que, en realidad, las partidas pueden ser modificadas y adaptadas, de manera que siempre se podrá ir cumpliendo con parte de la agenda proyectada, por mucho que no haya nuevas cuentas.

Otra cosa muy diferente es que exista por parte del Ejecutivo central esa intención de cumplir con los compromisos adquiridos con Galicia. De hecho, la inversión presupuestada en Galicia en 2023 fue de 1.074 millones de euros. Sin embargo, durante el primer trimestre solo había ejecutado un tercio de esos fondos previstos, en total, 302 millones.

Teniendo en cuenta que el segundo semestre estuvo marcado por las elecciones y por las dos sesiones de investidura, la realidad es que la inmensa mayoría de aquellos 1.074 millones, ya escasos para las necesidades gallegas y coruñesas, se quedaron olvidados en algún cajón ministerial. Lo que hace falta es que desde la Moncloa tengan auténtica voluntad de solventar el olvido histórico al que se ha sometido a esta ciudad.