El Ejecutivo municipal pasó por un momento de tensión en el ejercicio 2017 que durante un mes mantuvo sobre un hilo la continuidad del alcalde en su cargo. Fue en febrero, cuando Xulio Ferreiro no superó en un pleno extraordinario la cuestión de confianza vinculada al presupuesto que había planteado, debido a la imposibilidad del Gobierno local de entenderse con el grupo socialista para aprobar unas cuentas que estuvieron pactando los dos meses anteriores. El PSOE y el PP le negaron la confianza al regidor y el BNG, aunque lo apoyó, le dedicó no pocas críticas. Desde ese momento se abrió un periodo de un mes para que socialistas y populares planteasen la constitución de un gobierno alternativo a través de una moción de censura, una solución que finalmente no ocurrió, lo que supuso la aprobación inicial de los presupuestos.

Con la confianza perdida pero sin moción que conllevase un cambio de Ejecutivo, Marea Atlántica mantuvo la gestión municipal, entorpecida por el retraso causado por la oposición para dar el visto bueno a las cuentas, que no fueron ratificadas de forma definitiva hasta un pleno del mes de mayo, como había sucedido también en 2016. Antes de llegar a ese momento, el resto de la Corporación presentó alegaciones al presupuesto y las que prosperaron obligaron al Gobierno local a retirar partidas previstas en inversiones y en gastos corrientes, por lo que el documento, rebajado de 244 a 239 millones de euros, fue ratificado de un modo distinto a como se había diseñado inicialmente.

Lejos de acentuar las diferencias entre Marea y el PSOE, el desenlace de la cuestión de confianza creó a la postre un nuevo escenario entre estos dos grupos, donde la discusión habitual dio paso a un progresivo entendimiento apoyado en el diálogo. A partir de junio cambió la relación. Los socialistas habían sufrido desde enero algunas agitaciones: las dimisiones seguidas de José Manuel Dapena como portavoz y de Mar Barcón como secretaria general del PSOE local, la intervención de Florencio Cardador al frente de una gestora temporal en la agrupación, el nombramiento de José Manuel García como nuevo portavoz y la renuncia de Barcón a su acta de concejal. La sintonía entre García y Ferreiro mejoró: los socialistas dieron su aprobación a más de una modificación en el presupuesto y el Ejecutivo dio entrada en el documento a algunas propuestas planteadas por el PSOE. Con este clima de concordia, siempre examinado con precaución por ambos grupos, comenzaron los contactos entre las dos formaciones para darle forma a las cuentas de 2018, que al contrario que en los dos años anteriores, entrarán en vigor mucho antes y deberían suponer una ejecución más alta.