NUTRICIÓN

Aceite de orujo de oliva: ¿Disminuye el colesterol y la resistencia a la insulina?

Este tipo de aceite se caracteriza por su durabilidad, rentabilidad y sabor neutro, y presenta una composición rica en ácido oleico y con compuestos bioactivos de alto interés nutricional.

Aceite de orujo de oliva: disminuye el colesterol, la obesidad y la resistencia a la insulina

Aceite de orujo de oliva: disminuye el colesterol, la obesidad y la resistencia a la insulina

De un olivar se obtienen tres tipos de productos: el aceite de oliva virgen extra, el virgen y el aceite de oliva. Pero hay un producto más, procedente de lo que se denomina alperujo, es decir, de los restos de la aceituna (piel, hueso…). Es el aceite de orujo de oliva. 

España es el primer productor mundial de aceite de orujo de oliva, con una media de 120.000 toneladas anuales de las que exporta el 85%.

Este tipo de aceite se caracteriza por su durabilidad, rentabilidad y sabor neutro, y presenta una composición rica en ácido oleico y con compuestos bioactivos de alto interés nutricional.

Y ahora, un estudio realizado por investigadoras del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) muestra cómo el consumo regular de este tipo de aceite puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular y en patologías asociadas, como la diabetes y la obesidad. 

Los resultados de la investigación, publicados en las revistas European Journal of Nutrition, Nutrients y Foods, se han obtenido a partir de dos ensayos clínicos de intervención nutricional en 132 voluntarios sanos y en sujetos de riesgo (hipercolesterolémicos), comparando el efecto del aceite de orujo de oliva con el aceite de girasol y el girasol alto oleico.

“Cuando comenzamos este proyecto solo se habían llevado a cabo estudios in vitro o preclínicos en animales de experimentación con algunos componentes del aceite de orujo de oliva. Sin embargo, no se conocía el efecto del consumo regular de este aceite en personas. Por ello, nos propusimos evaluar el impacto de su consumo diario en la salud cardiovascular y en dos patologías asociadas como son la diabetes y la obesidad, tanto en consumidores sanos como en personas con riesgo cardiovascular”, explica Laura Bravo Clemente, investigadora del CSIC en el ICTAN.

Con este objetivo, durante más de cuatro años se han llevado a cabo dos estudios clínicos de intervención aleatorizados, controlados, cruzados y ciegos en 132 voluntarios. 

“Distribuimos aleatoriamente a los participantes en dos grupos para consumir bien el aceite de orujo de oliva o el aceite control durante cuatro semanas. Pasado este tiempo y tras una fase de lavado, se cruzaron los participantes para consumir el otro aceite durante el mismo tiempo, otras cuatro semanas. Los estudios eran ciegos, por lo que los voluntarios desconocían el aceite que nosotros le proporcionábamos en cada etapa y que consumían a razón de 45 gramos al día. Tenían restringido el consumo de otras fuentes dietéticas grasas”, explica la investigadora del CSIC en el ICTAN Raquel Mateos Briz. 

Los aceites control utilizados fueron el aceite de girasol y el aceite de girasol alto oleico, de amplio uso en nuestro país.

El aceite de orujo de oliva reduce los niveles de colesterol.

El aceite de orujo de oliva reduce los niveles de colesterol. / EUROPA PRESS.

Reducción de factores de riesgo cardiovascular

Pues bien, los resultados obtenidos muestras los beneficios para salud que tiene el consumo regular de aceite de orujo de oliva. En concreto, los investigadores destacan la protección que otorga este tipo de aceite frente a la enfermedad cardiovascular, tanto entre los participantes que estaban sanos, como los que formaban parte del grupo de riesgo (voluntarios hipercolesterolémicos). 

En concreto, las investigadoras observaron un descenso de los niveles de colesterol total y de las lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo). Pero no solo eso, el consumo de aceite de orujo de oliva también disminuyó significativamente el perímetro de la cintura en los dos grupos analizados. 

Hay que recordar que este parámetro es esencial en la evaluación de los pacientes con obesidad por su asociación con un mayor riesgo cardiometabólico. Por último, el consumo de este tipo de aceite también mejoró los biomarcadores relacionados con la resistencia y la sensibilidad a la insulina entre los participantes.

En el caso del grupo de consumidores sanos, el beneficio de un consumo regular de aceite de orujo de oliva también se trasladó al marcador de estrés oxidativo, considerado como una condición fisiopatológica asociada a un mayor riesgo cardiovascular. 

Respecto a la diabetes mellitus tipo 2, los resultados del estudio han evidenciado un descenso en los niveles de insulina y en el índice de resistencia a la insulina, asociados a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, mejorando en cambio la sensibilidad tisular a insulina, lo que podría implicar un menor riesgo de padecer diabetes.

El estudio se enmarca en la labor de investigación promovida por la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva. Desde su creación en 2015, la organización ha promovido ocho investigaciones en colaboración con el CSIC.

El sector orujero presenta un modelo pionero en economía circular y residuo cero, ya que transforma de manera integral el orujo graso húmedo (alpeorujo) en productos de valor añadido entre los que destacan la biomasa, el compost y los compuestos antioxidantes con aplicaciones en la industria farmacéutica, como el hidroxitirosol y otros fenoles.