La fórmula de la eterna juventud es todavía un misterio pero los avances en medicina estética ya permiten quitarse años de encima sin necesidad de pasar por el quirófano. Superar la barrera de los 50 años ha dejado de ser sinónimo de envejecer y aunque no existe una barita mágica para volver a los veinte, es posible detener el paso del tiempo durante, al menos, un par de años. El botox, la mesoterapia, los rellenos faciales o el peeling ya no son sólo cosa de famosas y están al alcance de la mayoría. Sólo se necesita tiempo, esfuerzo y una media de 1.000 euros para empezar a notar el tratamiento.

Su efecto más natural, no precisar de ingreso hospitalario y el precio son las principales ventajas de la medicina estética frente a la cirugía plástica de toda la vida. "Estamos a medio camino entre la estética tradicional -que cada persona realiza en su casa con cremas o mascarillas- y la cirugía", señala la directora del centro médico-estético Hedonai de A Coruña, Gloria Pérez, quien añade: "El objetivo es que el aspecto del cliente mejore pero de forma natural. No queremos que le cambie totalmente la cara ni que la gente diga por la calle: mira, se ha echado botox. Es muy importante asesorar a la persona para que no se sobrepase con las terapias y acabe teniendo un aspecto artificial como Nicole Kidman o Ana Obregón".

Lo último en estética -centrado principalmente en el rostro por ser donde antes se perciben los efectos del envejecimiento- permite rellenar los surcos provocados por las arrugas propias de la edad, tensar y revitalizar la piel, eliminar manchas o cicatrices, mejorar la flacidez del rostro o remodelar las zonas más afectadas. Sin embargo, los expertos alertan de que no existen milagros y que para mejorar el aspecto de una persona madura es necesario "combinar varios tratamientos". "De nada sirve que solucionemos las arrugas si la piel sigue con manchas o rojeces propias de la edad", sostiene Gloria Pérez. A la hora de determinar cuando es necesario comenzar a cuidarse, los expertos lo tienen claro: cada caso es diferente y la genética tiene mucho que decir. Pero lo cierto es que el rejuvenecimiento facial no es exclusivo de quienes superan el medio siglo de vida. "A partir de los 35 viene mucha gente para prevenir y paralizar las arrugas provocadas por la expresión", señala Pérez. Una idea que comparte la cirujana Jeanette Badrán, con consulta en A Coruña: "Puede haber mujeres que con 25 años ya necesiten revitalizar su piel. No hay una edad clara para iniciar el tratamiento".

Estamos en la era de las innovaciones cosméticas pero hay casos en los que no queda más remedio que pasar por el quirófano si se quiere recuperar un aspecto juvenil. "Cuando hay bolsas en los ojos, por ejemplo, es mejor operarse", señalan desde el centro Hedonai. "Realmente la medicina estética lo que hace es retrasar la cirugía pero no la sustituye, llega un momento en que es necesaria", añade la doctora Badrán y resalta: "lo más solicitado en la edad madura es la liposucción y los liftings".

La oferta de servicios estéticos para quitarse años no para de crecer pero, de momento, parece sólo interesar a las mujeres. Ellas representan el 98% de los clientes que demandan estas terapias.

-Mesoterapia. A través de infiltraciones de varias sustancias en la dermis (vitaminas, ácido hialurónico...), este tratamiento consigue elevar la piel y dotarla de mayor luminosidad e hidratación. "Se necesitan una media de cuatro sesiones para que el rostro apagado por la polución, el tabaco o el insomnio recupere su esplendor", señala la doctora Jeanette Badrán. El secreto está en la continua estimulación de la piel. "De este modo evitamos que el rostro se duerma", añade la directora del centro Hedonai de A Coruña, Gloria Pérez. El precio medio oscila los 180 euros por una sesión de entre 20 y 30 minutos.

-Ácido hialurónico. Esta sustancia -presente en forma natural en nuestro organismo- se utiliza para rellenar aquellas arrugas gravitatorias, es decir, propias del paso del tiempo. Es la responsable de la elasticidad de la piel y se recurre a ella en las zonas de la cara donde no hay músculo como los surcos que se forman entre la nariz y la boca o los labios. "El ácido se reabsorbe y estimula de forma natural la fabricación del colágeno en el organismo", señala Gloria Pérez, quien añade: "es muy eficaz porque con la edad, la piel pierde su capacidad para generar colágeno". Sus efectos duran entre tres y seis meses y el precio de cada sesión ronda los 350 euros.

-Botox. La toxina botulínica es un tratamiento contra las arrugas provocadas por el movimiento facial (entrecejo, patas de gallo, rictus...) y por ello, al contrario que el ácido hialurónico, comienza a utilizarse a edades tempranas para prevenir que las arrugas vayan a más. A través de varias infiltraciones por debajo de la piel, se logra la relajación del músculo interesado lo que impide o dificulta realizar determinados movimientos y paraliza la aparición de nuevas arrugas. "Hay que tener cuidado con este tratamiento porque se trata de relajar, no de que el cliente no pueda expresarse de forma natural", resalta la directora del centro Hedonai. El precio de cada sesión es de 400 euros y debe renovarse cada medio año.

-Radiofrecuencia. A través de ondas electromagnéticas se accede a las capas más profundas de la dermis para degradar el colágeno viejo y estimular a las células que generan esta sustancia. La terapia logra un efecto tensor duradero y da luminosidad al rostro aunque también puede utilizarse en el cuello u otras zonas del cuerpo. Se precisan al menos tres sesiones, cuyo precio alcanza los 250 euros.

-Fotorejuvenecimiento. Si el objetivo es eliminar manchas, rojeces o imperfecciones de la piel a la vez que se estimula la creación de nuevo colágeno, el tratamiento ideal es el fotorejuvenecimiento. Una técnica que aplica pulsos de luz intensa para que penetren en la piel y que consigue reducir el tamaño del poro, la profundidad de las arrugas o mejorar la textura del cutis. Sus efectos son duraderos y puede aplicarse en manos y escote. El precio es de 220 euros la sesión de media hora en una zona.

-Sculptra. Nombre comercial del ácido poliláctico -una sustancia sintética y biodegradable por el organismo- que permite engrosar la piel de la cara en aquellas zonas que hayan perdido tejido con el paso del tiempo.

Prevenir desde casa

La medicina estética ayuda pero para llegar a una edad madura con un aspecto radiante y juvenil, los expertos recomiendan tomar medidas desde edades tempranas. "El cuerpo humano es como una fábrica y aunque la genética tiene mucho que decir en cómo envejece una persona, su estilo de vida es determinante", señala la directora del centro médico-estético Hedonai de A Coruña, Gloria Pérez.

El ejercicio, la alimentación, la exposición al sol o incluso las veces que una persona va al baño son claves para superar el medio siglo de vida con una piel estupenda. "Hay que llevar una buena alimentación, beber mucha agua para hidratar la piel, no fumar, dormir bien... Todo ello contribuye a mejorar nuestro aspecto físico", resalta.

La dieta es fundamental y por ello, los expertos recomiendan seguir una alimentación equilibrada, hacer cinco comidas al día y beber agua en abundancia. Además, el mercado culinario del siglo XXI permite potenciar ciertos aspectos de nuestro aspecto a través de lo que ingerimos. "Para mantener una buena piel está bien consumir, por ejemplo, aceites Omega 3, antioxidantes naturales o levadura de cerveza", concluye Gloria Pérez.

Cuidarse por dentro es prioritario pero debe acompañarse de perseverancia y tratamientos que actúen directamente sobre la piel del rostro o el cuerpo. "Para que podamos envejecer bien es fundamental la limpieza diaria del cutis", señala y añade: "Por la mañana y por la noche no hay que olvidarse de hidratar la piel y nunca salir de casa sin protección solar".

El mundo de las cremas también se ha revolucionado. Atrás quedaron los tiempos en donde se podían clasificar en "para pieles secas, grasas o sensibles". Ahora, las industrias ofertan productos que prometen regenerar el colágeno del rostro, olvidarnos de las patas de gallego o un efecto lifting sin salir de casa.