Una tradición peruana pone a los habitantes de una localidad de Perú a pelear a mano descubierta contra un adversario ante el que no tienen ningún problema. En esto consiste el takanakuy. Una forma, dicen, de liberar las tensiones acumuladas durante todo el año. No hay ganadores ni vencidos y tampoco ensañamiento ni heridas de consideración. Al final, sólo hay que curar magulladuras.