Los licenciados en Medicina provenientes de países ajenos a la Unión Europea tendrán más dificultades para acceder al examen MIR y, por consiguiente, para obtener una plaza que les permita formarse como especialistas. El Ministerio de Sanidad tiene previstas dos medidas fundamentales. Por una parte, considerar extracomunitarios a todos aquellos candidatos que, aunque lleven viviendo cierto tiempo en España, sólo lo hagan bajo el paraguas de un permiso de residencia o un visado de estudios. Por otro, no admitir en el examen a quienes no tengan completada la homologación de su título de licenciatura (no se aceptará a quienes la tengan en fase de tramitación).

Así lo explicó ayer a LA OPINIÓN un portavoz del Ministerio, quien detalló unos cambios de criterio con los que se pretende devolver su significado originario a la normativa que limita a un 10% el cupo de extracomunitarios en la prueba. Un cupo que nunca ha dejado de estar vigente, pero que, a juicio de la Administración, había quedado desvirtuado a base de permitir que en la práctica afectara casi exclusivamente a quienes "habían venido a España ex profeso para hacer el examen".

Sanidad pronostica que con estas modificaciones disminuirá notablemente el porcentaje de extracomunitarios que realizan el examen MIR. El citado portavoz ministerial subrayó un mensaje: estas medidas restrictivas no se dirigen contra los candidatos a médico especialista que hayan obtenido su licenciatura en las facultades de medicina españolas, sino a los provenientes de universidades cuya solvencia está cuestionada.

El problema radica en que, como son muchos candidatos al MIR que terminan renunciando a la plaza que han obtenido, la lista va corriendo y es factible conseguir plaza con una calificación muy deficiente.