El psicólogo clínico Alejandro Torres advierte de que el acoso sexual ha existido siempre, "dentro y fuera de internet" y en función de lo profunda que llegue a ser la obsesión degenera en un delirio erotomaníaco. Internet, según sea bien o mal utilizado, facilita un enamoramiento virtual que se presta más engaño, dice.

-¿Qué lleva a un menor a convertirse en acosador de una mujer adulta?, generalmente las víctimas son menores acosados por adultos.

-La edad es lo de menos. Hay muchos casos y de todas las edades. Un cuadro patológico obsesivo mantiene fuera de la realidad a quien lo padece. Hay una persona de la que no puedes prescindir y el cuadro de fondo es que también está enamorada de ti y, por eso, cualquier signo del otro se interpreta como reforzamiento de ese amor. En el caso de internet, lo virtual facilita satisfacer carencia del otro y en cuanto encuentras el enganche, al ser todo virtual es fácil que el engaño sea mayor y que un menor oculte su edad. Que sea menor es un problema añadido.

-¿Qué puede hacer la víctima?

-La situación para el acosado es funesta. No hay muchas soluciones, salvo la vía policial y judicial. En ocasiones puede funcionar la confrontación, pero otras veces no sirve para nada. Genera mucho estrés y una situación difícil para la víctima.

-¿Y a la hora de afrontar el problema del menor?

-Conviene empezar por prevenir la situación. Hay que vigilar el uso de internet en niños y adolescentes, pues la Red puede generar adicción y aislamiento social. Es mucho lo que hay detrás. Estamos viendo muchos casos de menores que se aíslan, no salen porque están enganchados a la Red. Si estás conectado todo el día, es más fácil hacer amistades y enamorarte, y detrás vienen los encuentros. Hay chicos que huyen de sus casas para conocer a la otra persona. En adultos estos enamoramientos pueden salir bien, todo depende de la historia de cada uno: un vínculo correcto será fructífero, pero si es patológico...