Las familias de diez niñas que sufrieron una reacción adversa a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) han presentado una demanda ante el Ministerio de Sanidad en la que le exigen que reconozca los efectos secundarios de esta vacuna y denuncian una "incorrecta" atención sanitaria a las menores, según informó ayer Juan Domínguez, padre de una de las niñas afectadas y presidente de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP).

Domínguez, sin embargo, no concretó las indemnizaciones que reclaman a Sanidad por los "daños morales y perjuicios" que sufrieron las menores y que algunos medios de comunicación cifran en hasta 130.000 euros.

Domínguez explicó que dos de las niñas que han demandado a Sanidad son las que estuvieron ingresadas en el Hospital Clínico de Valencia, una de ellas su hija Raquel, que estuvo durante tres meses hospitalizada y durante gran parte del tiempo en la UCI. Este padre recordó que su hija ingresó en el hospital con convulsiones horas después de haber recibido la vacuna contra el virus del papiloma humano, causante del cáncer de cuello de útero. "Aunque se intente relacionar con causas psicológicas, sufrió una encefalitis postvacunal y, con posterioridad, una ataxia que le impedía andar y le obligó a estar cinco meses en silla de ruedas", señaló Juan Domínguez.

A su juicio, su hija estuvo "desatendida tres meses en el Hospital, de donde salió peor que cuando entró, y tuvimos que ampararnos en la Sanidad privada para que mejorara, porque la pública no hizo nada".

El presidente de la AAPV explicó que ya son veinte las familias asociadas a esta entidad por los efectos que la vacuna ha causado en menores vacunadas. Domínguez indicó que han demandado al Ministerio de Sanidad y no al laboratorio que desarrolló la vacuna porque la administración sanitaria fue la que aprobó la inclusión de esta vacuna en el calendario de vacunación.

En Galicia, los últimos datos de la Consellería de Sanidade revelaban que una de cada cuatro niñas de 14 años no había recibido las tres dosis que se recomiendan. Para la Asociación Gallega de Ginecología es una "irresponsabilidad" que los padres no vacunen a las pequeñas ya que "los ensayos clínicos han demostrado una altísima eficacia".