Llega el horario de verano. Esta madrugada todos los relojes deberán adelantarse una hora, de modo que a las 02.00 horas deben cambiarse las manecillas a las 03.00. Finaliza así el horario de invierno establecido por una directiva europea que afecta obligatoriamente a todos los países miembros de la UE. Según estimaciones del IDEA, el potencial de ahorro en iluminación propiciado por el cambio podría alcanzar el 5%, equivalente a 300 millones de euros.

Este cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir del año 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.

Se aplica como directiva desde el año 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.