El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirmó ayer el procesamiento del juez de Familia sevillano Francisco Serrano por presunta prevaricación al cambiar el régimen de visitas de un niño -amplió el periodo de estancia con el padre- para que pudiese salir en una procesión de Semana Santa, algo a lo que se oponía la madre.

El magistrado se enfrenta a una posible condena de entre diez y veinte años de inhabilitación por presunta prevaricación al ampliar un día y medio la estancia de un niño con su padre divorciado, dada la supuesta oposición de la madre a que saliese en una procesión de la Madrugá del Viernes Santo de 2010.

El magistrado sevillano aseguraba ayer sentirse "defraudado y triste" por la sanción impuesta y no dudó en proclamar su inocencia. "Si otra vez me viese ante esa misma circunstancia, actuaría del mismo modo en que lo hice, pues siempre he pensado que el interés de los menores debe prevalecer sobre los conflictos de sus padres", defendió el juez Serrano, quien se considera "competente, como cualquier magistrado de Familia, para adoptar esa decisión, cuestión que aún está pendiente de pronunciamiento por la Audiencia de Sevilla".