Benedicto XVI y el rey Juan Carlos coincidieron ayer en expresar su preocupación por el desempleo juvenil y en subrayar la necesidad de apoyar a los jóvenes para que puedan cumplir sus sueños y profundicen en los valores éticos y de su fe. El Papa declaró a los periodistas, durante su vuelo hacia Madrid, que la crisis económica actual "es también una crisis de ética", y agregó que sin una dimensión moral "la economía no puede funcionar". "El hombre tiene que ser el centro de la economía y no al revés", precisó.

En su primer discurso oficial a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas, y tras recibir el saludo de los reyes de España, Juan Carlos y Sofía; del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y otras personalidades, el Pontífice animó a los españoles a vencer los actuales "motivos de preocupación" a través de sus hondas raíces cristianas, en un clima de respetuosa convivencia con otras "legítimas opciones".

"Con todas las fuerzas de mi corazón -añadió el Papa dirigiéndose a los jóvenes- deseo que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor". Benedicto XVI indicó que muchos jóvenes miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tener uno muy precario e inseguro, al tiempo que se enfrentan a problemas como las drogas. Lamentó, asimismo, las "tensiones y choques abiertos" en muchos lugares del mundo, donde la justicia y el valor de la persona se "doblegan fácilmente" a intereses egoístas, materiales e ideológicos y no se respeta como es debido el medio ambiente y la naturaleza.

En este contexto, el líder de la Iglesia Católica enfatizó: "Es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida. Un testimonio valiente y lleno de amor al hombre hermano, decidido y prudente a la vez, sin ocultar su propia identidad cristiana".

El rey Juan Carlos, que intervino en primer lugar para agradecer la tercera visita del Papa a España en sus seis años de pontificado, destacó la necesidad de acabar con el "intolerable" desempleo juvenil y urgió a facilitar a los jóvenes todos los medios disponibles para que logren abrirse camino en unos tiempos que no son fáciles. Según el monarca, para entender la "personalidad histórica de España" resulta "clave" la aportación artística, cultural y religiosa del cristianismo. Dirigiéndose a Benedicto XVI, don Juan Carlos afirmó que en España encontrará, "un país abierto al mundo por historia, lengua y cultura; una gran nación democrática, antigua y diversa, amante de la paz, la libertad y la justicia".