Los familiares de personas dependientes que se encargan de su cuidado tendrán a partir de ahora, si lo solicitan, un mes y medio de descanso al año para desconectar y tomar fuerzas en una tarea que en la mayoría de los casos es agotadora debido al vínculo que se crea con la persona cuidada. La Xunta les garantiza seguir cobrando la prestación en esos 45 días de vacaciones y, al mismo tiempo, una asistencia paralela para que el dependiente siga atendido en su ausencia: ya sea una plaza en residencia en las fechas demandadas (pública o privada), un asistente de ayuda en el hogar o un centro de día o de noche.

La Consellería de Traballo e Benestar asegura que podrán acogerse al llamado "respiro del cuidador no profesional" las 15.800 personas que en la actualidad se dedican en Galicia a la tarea de velar por los dependientes. Se trata de un derecho de los cuidadores que queda plenamente recogido en la nueva orden de Dependencia publicada ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG), que desarrolla el decreto 15/2010 del 4 de febrero. En un momento en que se paraliza la incorporación de nuevos beneficiarios de la ley de dependencia por las medidas de ajuste lanzadas por el Gobierno central, la nueva orden avanza en los derechos de los dependientes e incluye flexibilidad en los servicios.

La moratoria del Gobierno retrasará la inclusión de 1.200 dependientes moderados y más de 9.000 leves en Galicia: en el primer caso y, según las previsiones, entrarán en 2013 y, en el segundo, en 2014. Si bien el descanso de los cuidadores supondrá para las arcas públicas un gasto extra (además de la prestación, el pago de la residencia o el servicio para el dependiente en ese tiempo), la Consellería de Traballo e Benestar afirmó ayer que "está garantizado" y que se trata de un derecho del cuidador. Es más, hasta ahora existía el "programa de respiro", no obstante, muchos familiares no podían acogerse por la dificultad de encontrar plazas en residencias públicas en las fechas en que pretendían descansar. Ahora dispondrán también de plazas en residencias privadas, además de los otros servicios.

"Hasta ahora el cuidador podía acceder a este servicio mediante el ingreso de la persona dependiente en un centro. A partir de ahora también podrá acceder al descanso mediante la prestación de las horas equivalentes de ayuda en el hogar, bien en un centro de día o a través de un centro de atención de noche, posibilitando también la libranza vinculada para la adquisición del respiro, de manera que pueda organizar el descanso del modo más adecuado a su vida diaria", según la Consellería de Traballo.

En veinte días la normativa entra en vigor y reconoce reiteradas peticiones de los colectivos en los últimos años como un complemento a la paga que reciben los dependientes más jóvenes (en edad de estudiar o de búsqueda de empleo) que se quedaban escasa. El Estado fijaba hasta ahora una cuantía máxima de 833 euros y la Xunta amplía mediante esta orden esta ayuda hasta los 1.300 euros, que se podrá incrementar un 15% en periodos de especial dedicación. El complemento da mayor margen a los dependientes jóvenes para disponer de un cuidador más tiempo, para ir a la universidad, ir a entrevistas o incluso acompañarlos al trabajo. La orden también establece un calendario de control y seguimiento de los dependientes; una visita al año mientras perciban la prestación. En el primer ejercicio se realizarán dos visitas, según fija la normativa.

La nueva orden de la dependencia de la Xunta fija plazos concretos para casos de emergencia. Para los menores de tres años se regula un periodo máximo de 40 días para otorgar el recurso y para personas en situación de abandono social (un anciano que se quede solo, desamparo o abandono, malos tratos físicos o psíquicos o incluso situación de riesgo grave inminente para la integridad física) la asignación será inmediata, con una espera máxima de tres días. Hasta ahora estos colectivos tenían prioridad pero sin constar plazos. Otra de las novedades es que los dependientes menores de 60 años que necesiten estar en residencia podrán solicitarlo, salvando las dificultades legales que existían.