El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, advirtió ayer a las familias y escuelas que rechazan la formación religiosa de que las sectas y los fundamentalismos pueden convertirse en una alternativas para los alumnos. "Se pueden preguntar si la atracción de la juventud hacia las sectas y los fundamentalismos no es una consecuencia de haber ocultado algo tan normal y humano como es la experiencia religiosa seria", dice en su carta dominical La clase de religión enriquece a los hijos.

Para él, esta clase "ayuda" a la aspiración de los jóvenes a encontrar valores sólidos y permanentes que den sentido a su vida, y a satisfacer el deseo innato de trascendencia, dice. Por eso, el arzobispo de Barcelona insta a las familias a matricular sus hijos ejerciendo el "muy importante" derecho de pedir para la clase de moral y religión católicas, con el fin de conseguir una educación integral en la escuela.