Durante 2010 la crisis económica no afectó a la generosidad de los fieles. Por el contrario, las aportaciones voluntarias de los católicos supusieron unos ingresos para la Archidiócesis de Santiago de Compostela de 423.000 euros más al pasar de los 9,4 millones de euros a los 9,89. No obstante, este incremento en unos tiempos en el que el porcentaje de hogares que se declaran en dificultades para llegar a fin de mes es cada vez mayor no es una casualidad, sino casi un milagro que tiene bastante que ver con el Apóstol Santiago. Según fuentes del Arzobispado compostelano, el aumento en las colectas y otros ingresos recabados de dádivas de los fieles tiene mucho que ver con que 2010 fuese Año Santo y, además, jugó a su favor algo que no estaba previsto en la agenda diocesana cuando elaboraron los presupuestos: la visita de Benedicto XVI a Santiago.

No obstante, para 2011 las perspectivas son diferentes y, aunque las cuentas no están cerradas y todavía habrá que ver si lo presupuestado se ajusta a la realidad, los responsables de Economía de la archidiócesis gallega dan por sentado que las cantidades que llegan de los fieles sufrirán un descenso de hasta prácticamente un seis por ciento, es decir, el equivalente a más de medio millón de euros.

Precisamente las cantidades que aportan los católicos a través de colectas parroquiales, suscripciones o específicamente destinadas a instituciones de la Iglesia, como puede ser Cáritas, por ejemplo, suponen uno de los pilares fundamentales en el cómputo de los recursos de la diócesis. Este año representan casi una cuarta parte del presupuesto total de la diócesis, con un peso similar en las cuentas al que tienen las asignaciones tributarias, es decir, las cuantías que percibe la Iglesia gallega por los tributos de IRPF. El capítulo aportado por los fieles, de hecho, casi dobla al de ingresos que obtiene la curia por alquileres, por patrimonio financiero y por actividades económicas. A estos habría que sumarles los procedentes de los servicios (bodas, bautizos...) y de las subvenciones para obtener un peso similar.

Fuentes del Arzobispado atribuyen el descenso previsto para este año que está a punto de finalizar a que hay que compararlo con el extraordinario comportamiento de los feligreses en el Xacobeo. Pero también reconocen que la crisis tiene algo que ver. Además, comienza a desaparecer la "la sensación" de que las colectas destinadas a programas específicos e instituciones de caridad "estaban aguantando bien. "Esto ya empieza a durar demasiados años", afirman, en relación a la crisis, y añaden: "Siempre hacen falta más porque en estos tiempos las necesidades se incrementan también más", argumentan. En el caso de las cocinas económicas, subrayan, la aportación de la archidiócesis compostelana "se mantiene" durante los últimos años pese a los embates de la coyuntura económica. "Lo que se busca, dentro de las posibilidades, es mantener ese destino, la actividad asistencial, de la mejor manera posible", subrayan. Tanto es así que este capítulo se incrementa un 10% con respecto al año pasado.

No obstante, en general, desde 2010 a 2011, las cuentas de la Iglesia compostelana sufrieron un recorte de un 2,09%, lo que demuestra que no solo las instituciones políticas tienen que usar las tijeras. De hecho, ya en 2009 -obviando el extraordinario comportamiento de 2010- el Arzobispado de Santiago tuvo que reducir sus cuentas un 9% con respecto a 2008 y lo achacó a la bajada en los donativos, pero también a la caída de los ingresos por "servicios" que la Iglesia presta a la comunidad, como bodas y celebraciones similares. Cuando se cierre 2011 la previsión es que también este capítulo sufra una merma y no precisamente desdeñable: casi un 20%.

Los sacerdotes de la diócesis también lo notarán en su bolsillo. Ya en 2009 la partida destinada a cubrir sus retribuciones solo se incrementó un 0,46%, pero este año traerá consigo más estrecheces, ya que los recortes de este capítulo llegarán al 2%. Otro apartado donde caerán hasta casi un 30% los gastos es el destinado a la construcción de nuevos templos.

En síntesis, tal y como explican desde la archidiócesis compostelana, se trata de un "presupuesto austero", algo que notarán las 1.070 parroquias que dependen de esta institución eclesiástica. Sin embargo, insisten también en que la austeridad no es "novedad", sobre todo cuando hay más templos y hay que gestionar los recursos para poder destinar un 9% más a su conservación y gastos de funcionamiento. En el Arzobispado admiten que la necesidad de financiación se incrementó en un 134,43%. Y eso sin contar la venta de patrimonio, que siempre se produce por una razón, dicen. Porque la regla general es que no se puede realizar una venta que suponga la pérdida de patrimonio de la entidad. El dinero tiene que tener un destino concreto, y no precisamente para cubrir gastos ordinarios. Por ejemplo, explican, se financia un nuevo templo que incluye una vivienda del sacerdote vendiendo su antigua vivienda y algún local más. "Las necesidades ya están satisfechas y se consiguen recursos para financiar las reformas", aclaran.