El Tribunal Supremo ha dado la razón a un padre divorciado que pidió dividir en dos la vivienda familiar para instalarse en la planta baja del inmueble, y ha atribuido a la madre de sus dos hijos el uso del resto del domicilio, que el matrimonio compartió durante diez años.

En su sentencia, el alto tribunal ordena reponer la sentencia dictada en junio de 2009 por un juzgado de Vélez-Málaga relativa a la atribución a los hijos y al progenitor de la planta baja del inmueble, propiedad del marido. Anula de esta forma la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga en septiembre de 2010, que revocó la medida de dividir materialmente la vivienda familiar y atendió el recurso de apelación presentado por la madre, y atribuyó a ésta y sus hijos el disfrute en su integridad de la casa.

El Supremo ha tenido en cuenta a la hora de dictar su sentencia que se trata de un inmueble de tres plantas, en el que es posible la división material y que no existe conflictividad entre los cónyuges.