Quién no tiene algún familiar fumador que cada día se medio ahoga con su fuerte tos y quita importancia al asunto: "Este tabaco... debería dejar de fumar". Pues sí, es culpa del tabaco pero esa sensación de falta de aire, la tos y expectoración y los catarros interminables son síntomas que nadie debería pasar por alto porque anuncian, probablemente, que se sufre una obstrucción pulmonar que, en estado avanzado, conduce a la muerte sin remedio. Solo dos de cada diez personas saben de qué se les habla al mencionar las siglas EPOC, una enfermedad que afecta fundamentalmente a fumadores, que es la cuarta causa de mortalidad en los países desarrollados -en España se cobra 50 vidas cada día- y que se convertirá en la tercera de aquí a 2020, según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) y recuerda cada año la Sociedade Galega de Patoloxía Respiratoria.

Hospitales gallegos celebran cursos formativos para médicos de Atención Primaria, Urgencias, neumólogos e internistas sobre esta enfermedad crónica que no tiene curación pero que, dejando de fumar en fases iniciales, se consiguen frenar situaciones de incapacidad, primero para hacer ejercicio y después para caminar o realizar las labores cotidianas.

En Galicia, cerca del 80% de los pacientes con EPOC no están diagnosticados porque esta enfermedad también puede confundirse con otro tipo de dolencias respiratorias como la bronquitis y, además, tiene el problema de ser negada e infravalorada por los propios pacientes.

"Diagnosticar la EPOC es muy fácil y barato, basta con una espirometría, una prueba sencilla que consiste en soplar a través de un aparato. Lo que sucede es que muchas veces el fumador achaca los síntomas de quedarse sin aire y la tos al tabaco y a que se hace mayor. Pero no siempre es algo normal", explica el especialista en Medicina Interna Javier de la Fuente, que admite que "todo el mundo relaciona el tabaco con el cáncer de pulmón, que es lo que realmente asusta, pero en realidad una tercera parte de los fumadores muere de EPOC y solo un 10% de cáncer". "La principal medida cuando se detecta es dejar de fumar, ya que mejora la calidad de vida del paciente y se prolonga la esperanza de vida. Pero esta enfermedad es una obstrucción crónica de las vías respiratorias y no podemos curarla", subraya este experto.

El tabaquismo es responsable del 80% de los casos de EPOC diagnosticados. De hecho, cuanto más precoz es la edad de inicio en el consumo de tabaco y mayor es el número de cigarrillos consumidos a lo largo de los años, más probabilidad de desarrollar esta enfermedad. "El tabaquismo es la piedra angular de esta enfermedad. Muchos enfermos preferirían tomar una medicación y seguir con su hábito y eso es imposible", destaca De la Fuente, quien asegura que la EPOC puede estar ligada a otros factores como la exposición continuada al humo de combustión de biomasa, excesiva contaminación en ambientes industriales o en fumadores pasivos. "Esta enfermedad en estadios más avanzados conlleva unos gastos muy altos al Estado ya que las crisis generan muchos ingresos hospitalarios", concluye.