Pocas veces se habrá dedicado tanta atención mediática a algo tan difícil de entender como el bosón de Higgs. Quizás la causa radica en que, hace tiempo, alguien lo llamó "la partícula de Dios". Una exageración tan notable como absurda, pues equivale a decir que Dios no creó ninguna de las otras partículas, solo esta. Quizás, metáforas aparte, la causa de la curiosidad universal sea que los científicos relacionan el descubrimiento con la explicación del origen del universo, aunque se trata sólo de "un paso previo" en la dirección correcta. Quizás todos supongamos que tantos científicos de todo el mundo, gastando miles de millones para hacer colisionar partículas en una especie de hipódromos atómicos subterráneos, no pueden estar equivocados, y que realmente trabajan para algo trascendental.

Quizás, finalmente, lo que nos deslumbra sean las ilustraciones en colores luminosos, que en realidad no son imágenes del bosón, ni de ninguna de las partículas invisibles que protagonizan la juerga subatómica, sino puras simulaciones artísticas con voluntad didáctica.

La huella del bosón, lo que permite decir que ha sido detectado, son millones de datos numéricos en miles de ordenadores trabajando a todo trapo. Pero la verdad es que los gráficos son preciosos. Y que la afirmación "sin el bosón de Higgs no existiríamos" también es seductora. Pero hay un montón de partículas básicas indispensables que tienen el mismo mérito, y no las hemos canonizado. El bosón de Higgs era un reto para los profesionales de la investigación avanzada en física subatómica, y es lógico que ellos disfruten de lo lindo con el descubrimiento; que la pescadera del barrio se emocione ya es más paradójico.

Claro está que la pescadera del barrio tampoco no ha entendido nunca cómo funciona la prima de riesgo, aunque es un misterio con efectos mucho más palpables sobre su vida diaria. Ella sabe que es muy importante, sin que nunca haya entendido el porqué. De manera que cada día, cuando entra a hacer el cafelito del media mañana, pregunta al del bar si por la radio han dicho cómo está la prima, y si está descontrolada, mueve la cabeza con pesadumbre. El pasado viernes se puso muy contenta al saber que el Consejo Europeo había adoptado unas medidas muy importantes, y que la prima bajaba a buen ritmo. Este miércoles, en cambio, preguntó: "¿Han encontrado ya la partícula?". Y estalló en júbilo al saber que la radio había dicho que sí. "Gracias a esa partícula nosotros estamos aquí", comentó. Su madre, en cambio, atribuye este misterio existencial a la mano omnipotente de Nuestro Señor.