Este 1 de noviembre entran en vigor las nuevas normas comunitarias que reforzarán la seguridad de los nuevos tipos de vehículos de motor al introducir por ejemplo sistemas obligatorios de alerta visual o auditiva de olvido del cinturón en el asiento del conductor, y al menos dos puntos de anclaje más sencillos para los asientos infantiles Isofix en a parte trasera para reforzar la estabilidad del asiento y la protección de los menores o las nuevas etiquetas que los coches deberán llevar que adviertan contra la colocación de dispositivos de retención de niños orientados hacia atrás en un asiento protegido por un airbag frontal activo.

El nuevo reglamento comunitario de seguridad, adoptado en 2009, también introduce requisitos estrictos de seguridad para los vehículos eléctricos que garanticen que los usuarios del vehículo no reciban una descarga eléctrica procedente de piezas del vehículo o del compartimento del motor, así como indicadores de cambio de velocidad con el objetivo de ayudar a los conductores a ahorrar carburante y reducir las emisiones de CO2.

También introduce mejoras para la protección de los pasajeros contra el desplazamiento de equipaje en caso de accidente dado que con las nuevas normas los asientos traseros que van delante del compartimento para equipajes deberán hacerse ahora "suficientemente resistentes" para proteger a los pasajeros contra el desplazamiento del equipaje en el maletero, en caso de choque frontal. Ello garantizará "menos posibilidades" de que los ocupantes sean golpeados por objetos proyectados del maletero en caso de accidente, reduciendo así el riesgo de lesiones corporales.

Los neumáticos de los vehículos de pasajeros deberán estar provistos por su parte de un sistema de control de la presión a bordo, capaz de detectar la pérdida de presión del aire y ponerlo en conocimiento del conductor con el objetivo de reducir el riesgo de reventón y el consiguiente riesgo grave de que vuelque el vehículo. Una presión adecuada de los neumáticos garantizará también la menor distancia posible de frenado, ahorrará carburante y reducirá las emisiones de C02.

El nuevo reglamento comunitario contribuirá además a una importante simplificación de la normativa comunitaria en materia de seguridad vial y reducirá la carga reglamentaria y administrativa para la industria del automóvil dado que sustituirá a más de 50 directivas europeas.

Las medidas de seguridad serán obligatorias para los nuevos tipos de vehículos, es decir, aquellos que se sometan a homologación después del 1 de noviembre y para todos los nuevos vehículos vendidos en el mercado comunitario en 2014.

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, Antonio Tajani, ha asegurado que "estas nuevas medidas van a aumentar de manera considerable el nivel de seguridad al reducir las probabilidades de accidentes y sus consecuencias".

"Va a ser un logro tangible de la Unión Europea. Y no olvidemos que el Reglamento general de seguridad ha permitido igualmente una de las simplificaciones más ambiciosas de nuestra legislación al derogar más de cincuenta directivas y sustituirlas por un solo Reglamento", ha agregado.

El Ejecutivo comunitario confía en que las nuevas normas de seguridad contribuyan a alcanzar el objetivo de la UE de disminuir en un 50% el número de víctimas de carretera respecto a 2010 tras admitir que los progresos logrados hasta ahora no son satisfactorios.

Nuevo etiquetado, eficiencia de los neumáticos

El 1 de noviembre también entran en vigor las nuevas normas comunitarias sobre etiquetado de los neumáticos. El nuevo etiquetado deberá proporcionar información sobre tres aspectos esenciales en términos de eficiencia energética, agarre en suelo mojado o ruido externo con pictogramas claros y fáciles de entender, para facilitar a los conductores compras con conocimiento de causa y estarán clasificados en una escala desde la peor 'G' hasta la mejor, 'A'.

El Ejecutivo comunitario estima que los neumáticos de escala A pueden contribuir a un ahorro de combustible de entre 170 y 230 euros al año en comparación con los de la escala G.

Bruselas espera que las nuevas etiquetas de neumáticos, que representan entre el 20 y 30% del coste de combustible de los vehículos, contribuyan al ahorro energético y de costes de combustible para el consumir, reducir las emisiones de C02 del sector y la dependencia del petróleo, así como alentar la competencia en la industria.