El Tribunal Constitucional falló ayer, por ocho votos a favor y tres en contra, que la ley del matrimonio homosexual es constitucional, con lo que rechaza el recurso que el PP presentó hace más de siete años contra esta norma que regula las uniones entre personas del mismo sexo. La constitucionalidad de la ley ha sido avalada por una mayoría del alto tribunal que trasciende la división entre los denominados magistrados conservadores y progresistas, ya que Francisco Pérez de los Cobos, considerado conservador, apoyó el fallo. Solo Andrés Ollero, Ramón Rodríguez Arribas y Juan José González Rivas votaron en contra.

Tras conocerse la resolución, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró que el Gobierno acata el fallo y que, por su carácter vinculante, no modificará la normativa vigente que regula la unión entre personas del mismo sexo. La sentencia del Constitucional, que todavía no ha sido redactada, se basará en el argumento de que es necesario leer el texto constitucional a la luz de las exigencias de la sociedad actual, es decir, hacer de la constitución una lectura evolutiva. Para esa lectura, que va más allá de lo que en 1978 se redactó en la Constitución hablando de matrimonio entre personas de distinto sexo, el tribunal acude al derecho comparado, al derecho internacional de los derechos humanos no a la doctrina jurídica. Esto permite integrar en la institución del matrimonio la unión entre personas del mismo sexo en términos reconocibles para la imagen de la misma que en cada tiempo y lugar tiene la sociedad. Además, la sentencia se ocupa de la adopción de menores por matrimonios de personas del mismo sexo y señala que, jurídicamente, el bien a proteger por encima de cualquier otro es el del menor.

El alto tribunal legitima así una ley que ha permitido la celebración de cerca de 25.000 bodas entre homosexuales desde su aprobación en 2005 por el Gobierno de Zapatero, de las que más de 400 se registraron en Galicia.

Las reacciones no se hicieron esperar. Desde el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba señalaba que "la igualdad ha prevalecido sobre quienes, una vez más, intentaban imponer su moral" mientras que la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), Boti García Rodrigo indicó que han sido "muchos años para que por fin el Constitucional haya dicho lo obvio, y es que los gays y las lesbianas caben dentro de la Constitución: estamos en todas partes y tenemos los mismos derechos y los mismos deberes". Desde el Foro de la Familia, sin embargo, indicaron ayer que este fallo hace que la confianza que tienen "muchos" españoles en la Carta Magna "pierda puntos y licencias".

Es difícil no sentir empatía al escuchar la emoción que transmiten las palabras de José Manuel Clavo: "Se ha ganado una dura batalla que nos tuvo en vilo durante años; pero ¡el final es el esperado!", exclama. Este gallego fue el primero en solicitar un matrimonio homosexual en Galicia, solo un día después de que la ley se publicase en el Boletín Oficial del Estado. Se casó su con su pareja Ramón Alonso en 2005 en Vigo y asegura que lo hicieron "eufóricos". Convertirse en un matrimonio, con los mismos derechos que los de un enlace heterosexual suponía para ellos una "normalización" que, por otra parte, no ocurría en ningún país cercano. "Pretendíamos simplemente ser iguales al resto del mundo heterosexual y formar nuestra familia de dos", aseguran. "Ahora falta que nos pidan disculpas por todos los años que nos han hecho sentir como ciudadanos de segunda", dice.

José Araújo fue el primer cargo electo del PP -concejal en Ourense- en ejercer su derecho a contraer matrimonio con su pareja del mismo sexo mientras su partido recurría ante el Tribunal Constitucional la misma ley que le permitía hacerlo. "Para mí la boda es una anécdota. Lo importante es que cuando se empezó a hablar de la ley y se cuestionó, yo salí a defenderla porque había personas que estaban en contra", indica y sostiene: "Siempre me sentí arropado por el PP, a nivel local, provincial e incluso estatal. No quiero hacer leña de la historia. Entiendo que puede haber opiniones en el PP pero yo pienso que la ley es justa y necesaria". "Si a una persona abiertamente homosexual de repente le hablas de una ley que va a mejorar sustancialmente sus derechos surge la obligación de defender eso por encima de todo. Si yo no fuese un personaje público también la defendería".