Sin consenso, precipitado y discriminatorio. La comunidad educativa gallega recibe en líneas generales con recelo el segundo borrador del anteproyecto de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), presentado por el ministro José Ignacio Wert el pasado martes a las comunidades. Especialmente, los representantes de los centros educativos y profesores consultados critican la intención del Gobierno de crear un ranking de centros según las notas en las evaluaciones y el reparto de recursos en función de estos resultados. Esta medida prevé publicar los resultados de los centros de forma que se hará un ranking y se fomentará la diferenciación de colegios a través de planes de calidad que les llevarán a especializarse en algún área del currículo, como "la excelencia", "la mejora del rendimiento", "la atención al alumnado con necesidades específicas" o "la formación docente", entre otras. Los centros en mejores puestos de esta clasificación -es decir, que obtengan mejores resultados- podrán recibir fondos adicionales.

Sin embargo, el texto de la reforma pone alguna salvedad como que "la calidad se definirá no solo en relación con el nivel absoluto que se haya de obtener sino también por la mejora en relación con la situación de partida". Manuel Rodríguez, secretario de la Asociación de directivos de Institutos de Galicia teme la forma en que se plantee el ranking: "No se puede hacer siguiendo un criterio meramente académico, sino que hay que tener en cuenta el medio socio económico y cultural en el que se encuentre el centro. Simplemente por el barrio donde se ubican, se va a determinar que un centro reciba más apoyos que otro", critica. Advierte además de los problemas que supondrá que todo el mundo solicite plaza en los centros de primera categoría.

Directores y profesores tampoco están de acuerdo con las evaluaciones externas que se realizarán en todas las etapas educativas (en la ESO y el Bachillerato serán reválidas), sobre todo la prevista al finalizar sexto curso de Educación Primaria.

Pero no todo son críticas. Los profesores destacan algunas mejoras respecto al anterior borrador "pero no es la reforma global y profunda que necesita el sistema educativo para acabar con el fracaso y el alto índice de abandono escolar", destaca Julio Díaz, presidente del sindicato independiente de enseñanza ANPE en Galicia. El abandono escolar es de un 26,5%, casi el doble de la media europea.

Entre los aspectos positivos de la nueva propuesta destacan "el incremento de la autonomía de los centros educativos, el mayor peso del claustro de profesores en las decisiones académicas y el refuerzo en todas las etapas del aprendizaje de materias troncales y la recuperación de especialidades que se habían eliminado en el anterior borrador". También valoran que haya desaparecido del texto la reasignación de efectivos que facultaba a la administración para recolocar de manera arbitraria al profesorado en los centros.

Lamentan por otra parte que "se dota a los directores de los centros de unas atribuciones que sobrepasan las requeridas para cumplir con el principio de autonomía pedagógica ya que el director puede establecer requisitos y méritos específicos para los puestos ofertados de personal docente, incluido el de nombrar o rechazar interinos".

Respecto al tema del idioma, "no queremos entrar en el debate del idioma, pero sí consideramos que cuando los alumnos finalicen la ESO tienen que tener un dominio del español y el gallego en igualdad de condiciones y la adquisición de una tercera lengua", concluye el representante de ANPE Julio Díaz.

Varias asociaciones de APA gallegas también rechazan el ranking de colegios y las reválidas al finalizar las etapas educativas.