La Comisión Europea consiguió ayer el apoyo de una mayoría de países suficiente para prohibir durante dos años el uso de los tres neonicotinoides más frecuentes como plaguicidas en la siembra del girasol, la colza, el algodón y el maíz, por los riesgos que plantean para la salud de las abejas. Un total de quince países dieron su visto bueno al veto de dos años, incluidos Alemania y Bulgaria, que en reuniones anteriores se abstuvieron, y de España, que ya se mostró a favor meses atrás, según informaron a Europa Press fuentes comunitarias. En contra votaron ocho delegaciones, entre ellas Reino Unido, y se abstuvieron cuatro países.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) señaló tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides comercializados en Europa por Bayer y Syngenta: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid. Estos químicos pueden afectar al sistema nervioso de los insectos causándoles parálisis y hasta la muerte, pero no suponen un riesgo para la salud humana.

La medida podría afectar a un tercio de las semillas preparadas en la UE y España es uno de los principales productores.