La escritora Clara Sánchez, ganadora del Premio Planeta 2013 con su novela El cielo ha vuelto, afirmó ayer que con esta obra quería denunciar el "vampirismo" al que nos vemos sometidos en las relaciones personales, pero también como sociedad. "A los vampiros de hoy, más que la sangre, lo que les gusta son las neuronas", responde Sánchez. La autora señala que le gusta escribir del presente y de la actualidad, pues prefiere "atrapar ese presente en una historia, porque eso me permite reflexionar y meditar sobre el mundo".

La novela ganadora se centra en Patricia, una exitosa modelo de pasarela que, a la vuelta de un viaje a India, recibe en el avión una revelación de una vidente: alguien desea su muerte y le va a hacer la vida imposible. Y ese anuncio cambiará todas sus relaciones, con su familia, con su marido, con su entorno más cercano.

La vena social que le llevó a hablar de los supervivientes nazis en la España actual o de los niños robados del franquismo en novelas anteriores es la que ahora conduce a la autora a declarar: "Me horroriza la desvergüenza, la canallada, la corrupción, estos políticos que no tienen dignidad, que no piensan en la gente que les ha votado, esos banqueros desalmados". Y su respuesta ante "tanta codicia" es también clara: "La sociedad tiene que ser más exigente y establecer mecanismos de control verdaderos y fuertes, exigir transparencia".

Confiesa Sánchez que sus novelas "no son militantes", pero sí contienen "personajes que se encuentran entre fuerzas que no saben controlar, que es lo que les pasa a las víctimas de las preferentes".

La "desconfianza" atraviesa la trama de la novela ganadora del Planeta, reconoce la autora, una desconfianza que "nos lleva a no poder depositar nuestra fe en personas como el director de la sucursal bancaria de la esquina". La escritora manchega quiso indagar en esa desconfianza, en "saber si nos puede abocar a la crueldad o la lucidez, si nos puede llevar a la fortaleza o a la debilidad".

El cielo ha vuelto está escrito en clave de thriller, "sin llegar a ser una novela negra clásica", en la que la protagonista "lucha por situarse en el universo, por saber quién es y acaba viendo a su familia de otra manera, a detectar que hay personas a su alrededor que la están vampirizando" como su marido.

No llega a ser novela negra, pero hay "mucha intriga, psicológica y física, que hace avanzar la historia", añade. A pesar de que la protagonista se mueve en el mundo de la moda, la ganadora del Planeta advierte que no se trata ni de una crónica ni de un ensayo sobre la moda. "Escribo novelas, no ensayos sociológicos; pero como tengo una dimensión moral, eso se traduce en lo que escribo", indica.

Sánchez definió ayer el Planeta como un "regalo de la vida" y aseguró que sabrá encajarlo correctamente y le llevará a seguir ejerciendo como escritora.