¿Se podría admitir a algunas personas divorciadas y que se han vuelto a casar a la Eucaristía? El cardenal alemán Walter Kasper presentó una ponencia en el Consistorio extraordinario sobre la familia celebrado en el Vaticano en la que concluye que es posible. Pero solo en aquellos casos de divorciados que se han vuelto a casar por lo civil que reconozcan su fracaso, se conviertan y, después de un periodo penitencial, pidan volver ser admitidos en los Sacramentos. El Papa, que elogió el texto de Kasper, le pidió al cardenal que, en el texto, planteara preguntas.

La ponencia provocó grandes discusiones, según el portavoz vaticano Lombardi, aunque no se adoptó ninguna decisión. Habrá que esperar a los dos sínodos de los obispos sobre la familia y a la exhortación apostólica que publique el Papa. La Iglesia no puede poner en tela de juicio las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. Pero el cardenal invitó a considerar el problema desde la perspectiva de quienes sufren y piden ayuda. Indicó que no existe ninguna situación humana para la que no haya solución y recordó que la Iglesia del último siglo ha dado algunos pasos: en el Código de derecho canónico de 1917, los divorciados que volvían a contraer matrimonio eran considerados bígamos y por lo tanto posibles candidatos a la excomunión. En el nuevo Código, promulgado por Juan Pablo II, ya no incurren en la excomunión.

Según dijo Kasper, los divorciados que han contraído nuevas nupcias no pueden recibir la comunión sacramental, pero pueden recibir la comunión espiritual, si se encuentran bien dispuestos espiritualmente. ¿Por qué no pueden recibir incluso la comunión sacramental?, se preguntó.