Español, judío y sionista. Es la carta de presentación de Isaac Querub (Tánger, 1957), el presidente de la Federación de Comunidades Judías Españolas, organización que ampara a los casi 100.000 sefardíes que residen en el territorio nacional y que ahora celebra la oferta hecha por el gobierno de Rajoy para devolverles la nacionalidad que perdieron en 1492, cuando sus antepasados fueron expulsados por los Reyes Católicos. Querub agradece la reparación de "esta injusticia histórica" y pone los ojos en otro monarca para encauzar el futuro en Oriente Medio. "El rey don Juan Carlos sería un intermediario perfecto para acabar con la guerra que enfrenta a israelíes y palestinos", considera.

-Han tenido que pasar 522 años para que España vuelva a abrir los brazos a los judíos. ¿Es usted de los que piensa que más vale tarde que nuca?

-Por supuesto. Cuando el Rey sancione esa ley que devuelve la nacionalidad española a los sefardíes derogará el edicto de expulsión de los judíos que firmaron los Reyes Católicos.

-¿Por qué se produce ahora, en plena crisis, esa reparación histórica?

-Creo que por las pautas dadas en 2002 por el rey don Juan Carlos en la sinagoga de Madrid. El PSOE no dio prioridad a este tema, pero ahora con Gallardón, que es un hombre inteligente, valiente, culto y comprometido se ha retomado la necesidad de enmendar esa injusticia histórica, ese grave error que supuso la expulsión de los judíos de España.

-¿Le hubiera ido mejor a España si no hubiese expulsado a los judíos?

-Sí. Los judíos siempre aportan talento, espíritu empresarial e interés por la cosa pública en las sociedades en las que se integran.

-Con todas las expulsiones que han sufrido a lo largo de los últimos 2.000 años, ¿no se plantea que algo falla en esa integración de la que presume?

-Somos un pueblo tranquilo, hemos sido perseguidos y maltratados por ser una minoría. Nosotros reclamamos el derecho a la diferencia por tradición religiosa, nunca hemos ido a un país a conspirar ni a quedarnos con las riquezas de otros.

-Le noto muy satisfecho con Gallardón, ¿cómo son las relaciones de la comunidad judía con el Gobierno de Rajoy?

-Gallardón es consciente de la necesidad de reparar esa injusticia histórica cometida contra los sefardíes que supuso la expulsión de los judíos y lo hace con el beneplácito del presidente Mariano Rajoy y con la del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El ministro Wert también colabora en esta reparación con la inclusión en la Lomce del estudio obligatorio del Holocausto.

-¿Qué le parece la serie Isabel de TVE?

-Ha tratado de recoger la realidad pero sin profundizar en la relación de los judíos con los Reyes Católicos. Lo que no deja claro es que los judíos no sólo no molestaban sino que ayudaban y mucho en las empresas de la Corona.

-¿Por qué los expulsaron?

-Se apeló a la unidad política del reino, aunque más bien deberíamos hablar de unidad religiosa y también de intereses económicos: para quedarse con los bienes y las haciendas de los judíos. En la expulsión de los judíos hubo muchos intereses espurios.

-¿Hasta el punto de proscribir la huella histórica de su pueblo?

-Hasta ese punto. Deberíamos preguntar por esos vestigios judíos a todas esas personas que se dedicaron a borrar nuestra huella.

-¿A quiénes?

-Todo fue obra de los Reyes Católicos y la Iglesia, ayudados por parte de la nobleza de la época. No hay que olvidar que los ataques contra los judíos comenzaron cien años antes de la expulsión.

-¿Es cierto que hasta no hace mucho la gente ocultaba su origen judío en España?

-Nunca nos ha dado miedo decir que somos judíos, pero durante 500 años, hasta la derogación de la Santa Inquisición, en 1834, no han vivido judíos en España. Lo curioso es que ha habido antisemitismo sin judíos.

-¿Qué explicación tiene ese rechazo hacia los judíos?

-Sólo se tiran piedras al árbol que da frutos. En todo el mundo hay 14 millones de judíos, y hemos vivido hasta 1948 en el exilio. A lo único que hemos aspirado siempre es a contribuir al progreso de los países en los que hemos vivido y con trabajos y descubrimientos que no sólo favorecen a nuestra comunidad. ¿Por qué ese odio? Habría que preguntar a los que odian sin argumentos por su incapacidad para comprender al otro, por su inseguridad y por sus complejos. Yo respeto a todo el mundo.

-¿También a los musulmanes?

-¡Sólo faltaba que no respetase a los musulmanes! Nací y me crié en un país musulmán.

-Pues el conflicto de Oriente Medio no parece tener fácil solución.

-Si palestinos e israelíes hubiesen negociado solos en el conflicto de Oriente Medio ya habrían llegado a un acuerdo. Los judíos tenemos una fuerte vocación de paz con los palestinos y sus países vecinos. Lo que necesitamos es un interlocutor que evite el conflicto armado y los ataques terroristas.

-¿Sería el rey don Juan Carlos un buen mediador en este espinoso asunto?

-El Rey sería un intermediario perfecto entre israelíes y palestinos. Se lleva bien con los países árabes y con Israel. Tiene talento y talante, así que ¡ojalá el Rey pueda interceder en Oriente Medio!

-¿Siguen ustedes reclamando la sinagoga de Santa María de Toledo?

-Sí, nos gustaría que la Iglesia católica devolviese simbólicamente la sinagoga de Toledo al pueblo judío en general y a los judíos españoles en particular.

-¿Ve esa relación entre judíos y católicos reforzada con el papa Francisco?

-Por supuesto. Las relaciones entre judíos y católicos cambiaron en 1965 en el Concilio Vaticano II y gracias a Juan XXIII. En la década de 1990 se establecieron relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el estado de Israel. Juan Pablo II fue fundamental en esa reconciliación con el pueblo judío y el papa Francisco seguro que continúa ese camino por su conocimiento de la comunidad judía de Buenos Aires cuando era arzobispo en esa ciudad. ¡Me encantaría conocer al papa Francisco!

-¿Cree usted que las crisis avivan los rescoldos del antisemitismo?

-La ceniza antisemita nunca se ha apagado del todo. La bestia no ha muerto y en épocas de crisis renace de sus cenizas. En España no se puede hablar de antisemitismo pero sí hay prejuicios y estereotipos antisemitas fruto de la ignorancia y fomentados por la propaganda de países árabes como Irán.

-¿De qué tipo de prejuicios habla?

-Leyendas negras que fueron alimentadas por la Iglesia católica. Afortunadamente, Gallardón promueve en su reforma del Código Penal, la modificación del artículo 510 para castigar los delitos de incitación al odio y antisemitismo y a los que nieguen el Holocausto.

-¿Por qué tienen ustedes tan mala prensa en este conflicto?

-A los judíos nunca se nos ha dado bien ni la propaganda, ni los slogans, ni la mentira y menos la manipulación.

-¿Está manipulado, por ejemplo, Javier Bardem?

-No juzgo a Bardem, pero creo que como muchos otros que se suman al bando palestino, no conoce en detalle lo que pasa en Oriente Medio. Es víctima de esa propaganda de algunos regímenes fanáticos y lo que debería de hacer es visitar Israel.

-¿Fue manipulada también Hannah Arendt al informar del juicio de Eichmann?

-Hannah Arendt era muy inteligente pero muy controvertida, empezando por la relación que mantuvo con Heidegger. Su teoría de la banalización del mal es muy naif porque Eichmann era un asesino confeso, convencido y un antisemita furibundo.

-Señor Querub, ¿se puede hablar de lobby judío?

-Si hubiese un lobby judío no tendríamos esa mala prensa en el conflicto de Oriente Medio.

-Usted que trabajó codo con codo con Marc Rich, ¿cómo era el señor Rich?

-Aparte de lo que aprendí profesionalmente sobre el tratamiento de materias primas, se me queda gravada su convicción de que en la vida los únicos obstáculos a los que nos enfrentamos están en la mente. Hay que luchar para conseguir los sueños.

-¿Guarda usted la llave de su casa?

-A nivel romántico y filosófico, los sefardíes nunca hemos dejado de llevar con nosotros la llave de nuestra casa, España. Además, no guardamos rencor por esa injusta acción que no expulsó de nuestra casa en 1492.