Un total de 22 madres renunciaron a sus hijos tras dar a luz en algún hospital de la comunidad gallega durante el pasado año, de las que media docena residían en la provincia de A Coruña, según los últimos datos de la Consellería de Benestar. Se trata de mujeres que debido a su situación económica, emocional o personal no pueden hacerse cargo de los pequeños y deciden darlos en adopción.

Pontevedra fue la provincia que registró más casos en 2013 (12), seguida de A Coruña (seis), Lugo y Ourense (ambos con dos). Del total de 22 niños que se dieron en adopción nada más nacer, nueve encontraron familia adoptiva en la provincia coruñesa, otros nueve en Pontevedra, tres en Ourense y una en Lugo, según informa Benestar.

Pese a que el perfil de quienes deciden no hacerse cargo de sus hijos recién nacidos es muy variado, la mayoría son mujeres con falta de recursos económicos o que proceden de familias desestructuradas. También hay toxicómanas, adolescentes que ocultaron su embarazo a los padres, inmigrantes con problemas económicos y que no tienen ningún apoyo -familiar o amigos- en el país o personas que no tienen problemas económicos, pero que sufren una situación personal o emocional que les impide responsabilizarse de su hijo recién nacido.

La mayoría de las madres que quiere dar en adopción a su niño plantea esta cuestión al llegar al hospital. En ese momento se activa un protocolo en el que participan servicios sociales del propio centro hospitalario y un equipo especializado en adopciones de la Xunta.

Lo primero es informar a la madre de todas las opciones que tiene antes de renunciar a criar a su hijo. En función de las necesidades que presente la madre, los especialistas les asesoran sobre posibles ayudas económicas que pueda solicitar así como la opción de que durante un periodo temporal -hasta que solucione sus problemas, sean del tipo que sean- el pequeño resida con otra familia, es decir, forme parte del programa Acollemento Familiar de la Xunta, que gestiona y coordina Cruz Roja.

Las madres que nada más dar a luz deciden renunciar a su bebé tienen un mes de plazo para dar marcha atrás y evitar que el pequeño sea dado en adopción. Pasado esos 30 días, los equipos de la Xunta vuelven a entrevistarse con la madre para ver si mantiene su decisión. En ese momento se inician los trámites para la adopción del pequeño. Desde la Xunta recuerdan que a la madre se le plantea que el niño sea acogido temporalmente por algún familiar. Si ella renuncia, después los parientes no tendrán ninguna prioridad a la hora de poder adoptar al menor, que entrará en el sistema gallego de adopción.