Los menores de 30 años que quieran comprarse una vivienda en España tendrían que ganar un 86,38% más de lo que actualmente perciben para poder permitírselo, según el último informe del Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE). El trabajo, que analiza los datos del último trimestre de 2013, revela que una persona joven debería destinar el 55,9% de su salario para poder adquirir una vivienda en propiedad y, aún así, la superficie máxima a la que puede aspirar es de 53,7 metros cuadrados.

Según explica el estudio, en la actualidad solo uno de cada cuatro jóvenes menores de 30 años se han emancipado, una tasa que se redujo un 4% desde 2010 debido fundamentalmente a la exclusión del mercado laboral que afecta a esta población. En el caso de Galicia, solo el 21,8% -uno de cada cindo- jóvenes que no superan los 30 años ya vive por su cuenta, cifra que asciende al 41,3% en el caso de quienes tienen entre 25 y 29 años y que se reduce al 7,6% entre quienes tienen de 16 a 24 años. El informe revela que las mujeres se independizan antes que los hombres: un 26,2% de las gallegas ya no vive con sus padres, frente al 17,5% de los hombres. En la siguiente franja de edad (de 30 a 34 años), la tasa de emancipación de los gallegos aumenta al 67%.

Sobre el empleo, el informe del Consejo de la Juventud destaca que la tasa de paro de los españoles menores de 25 años alcanza el 55,1%. Además, entre los menores de 30 años que sí están trabajando, el 52,7% tiene un empleo para el que está sobrecualificado y la mitad ostenta un contrato temporal, en un 46,4% de los casos, de menos de un año de duración.

Por otra parte, la ocupación a tiempo parcial alcanza ya al 27,8% de los jóvenes, especialmente en el tramo de 16 a 24 años y entre las mujeres, conforme los datos del Observatorio.

A juicio del presidente del CJE, Ricardo Ibarra, estos datos "ponen sobre la mesa la dramática situación que vive la juventud española en paro y demuestran que la precariedad y la explotación son las notas predominantes de las condiciones laborales de los jóvenes que están trabajando, lo que dibuja un futuro incierto y carente de esperanza".

En su opinión, el Gobierno "se ha limitado a esperar que la recuperación llegue por sí sola y a parchear con medidas y políticas vacías e ineficaces", y le exige que "asuma su responsabilidad y ponga en marcha una reforma que garantice derechos y condiciones dignas para el empleo de los jóvenes".