La investigación de la Guardia Civil sobre la muerte de un niño de seis años en una granja escuela de Madrid apunta hasta ahora a que podría haber sido "accidental" al considerar que no hubo "ningún tipo de negligencia" por parte de los monitores, dado que se siguieron los protocolos para este tipo de casos: advirtieron a la familia cuando el pequeño estaba enfermo, le administraron la medicación y lo trasladaron a un centro médico.

Por tanto, los investigadores creen que se trató de una muerte accidental y que no hubo negligencia, a falta de que se recaben más testimonios y se conozca el informe completo de la autopsia, que incluirá los análisis gástricos que determinarán qué comió el menor, que no son inmediatos.

La autopsia también determinará si el menor sufrió un shock anafiláctico como consecuencia únicamente de la ingesta de un yogur de soja que podría tener trazas de leche, a la que es alérgico, o si el fallecimiento se debió a una suma de factores, ya que tenía problemas de asma desde el lunes y estaba en un lugar con animales, que desencadenan reacciones alérgicas en algunas personas. No hay constancia por el momento de que el menor comiese yogur de otro compañero no alérgico y que por lo tanto sí contenía lácteos, según los agentes.

El pequeño, de seis años, fallecía de un shock anafiláctico el pasado miércoles tras ingerir un yogur. El niño era alérgico a la proteína de la leche y los monitores lo sabían. Además tenía una crisis de asma desde el lunes.