Seguir acercando la profesión farmacéutica a la población, estrechar la colaboración con los demás profesionales del ámbito sanitario, adecuar la estructura del órgano colegial a las nuevas tecnologías y fomentar la formación de los boticarios para dar un servicio de mayor calidad son algunos de los objetivos que marcan la hoja de ruta de la renovada Junta Directiva del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, con Héctor Castro Bernardino a la cabeza. El nuevo presidente asume el cargo después de cuatro años como secretario de la entidad. Unos años "difíciles" para el sector, con "el mayor impacto económico que se recuerda", subraya, en clara alusión a la reducción de los ingresos de las boticas por las sucesivas medidas de ajuste impuestas por el Gobierno. "El copago y la desfinanciación de medicamentos para síntomas menores, en vigor desde 2012, son la parte visible del problema porque afectan directamente a los pacientes, pero las oficinas de farmacia llevamos más tiempo sufriendo una batería de medidas de ahorro que nos han puesto en una situación muy complicada. Pero todo tiene un límite, y confiamos en que la administración se dé cuenta de que no hay más margen para recortar el gasto en medicamentos y busque otras bolsas de ineficiencia donde actuar para que podamos tener una estabilidad", señala.

-¿Cuánto han bajado los ingresos en las oficinas de farmacia de la provincia de A Coruña?

-Depende de la ubicación y del perfil de los usuarios, porque la situación no es la misma en ámbito urbano que en el rural, pero la bajada media de ingresos oscila entre un 20 y un 40% en los últimos cinco años.

-¿Se ha visto obligada a cerrar alguna farmacia coruñesa por las pérdidas?

-A cerrar no, pero sí que ha habido oficinas de farmacia de la provincia de A Coruña en concurso de acreedores aunque, por suerte, la mayoría han salido ya de esa situación, bien porque solucionaron sus problemas económicos, o bien porque fueron traspasadas.

-¿Recuerdan una época tan complicada en el sector?

-Todos los años se llevan a cabo medidas para controlar el gasto en medicamentos, pero nunca tuvimos que hacer frente a algo tan drástico. Entendemos que la crisis ha obligado a realizar más ajustes a la administración, pero muchos de ellos se han hecho pensando en el ahorro a corto plazo y, por tanto, van a tener consecuencias de cara al futuro. Habría que plantearse las cosas de otro modo. El dinero que se ahorra en sanidad, debería volver a invertirse en ese sector. Si los pacientes están mejor controlados y siguen a rajatabla los tratamientos, se evitará la aparición de nuevas enfermedades y se reducirán las urgencias, las intervenciones quirúrgicas, los ingresos hospitalarios, etc.

-¿Han dejado de ser las farmacias un negocio seguro?

-Las oficinas de farmacia son establecimientos privados que hacen un servicio de salud pública. Hay que tener en cuenta que su mantenimiento no cuesta ni un euro a la administración, y que el gasto en medicamentos no lo generan ellas, sino los pacientes que acuden a retirar las medicinas que les recetan sus médicos. Algunos farmacéuticos están atravesando una situación difícil, al igual que ocurre en otros sectores profesionales, porque si se tienen unas cargas financieras importantes, se hace una previsión de pagos en función de unos ingresos y estos no se cumplen por las medidas que han sufrido de manera directa o indirecta, como el copago o la desfinanciación de medicamentos para síntomas menores, es complicado ampliar personal para mantener los horarios de apertura, lo cual repercute inevitablemente, en el aumento del paro en el sector.

-Pero hay ayudas para las farmacias que no alcanzan un mínimo de ingresos... ¿Cuántos establecimientos de la provincia de A Coruña las reciben?

-Cuatro o cinco. En Galicia, afortunadamente, la planificación es buena y la viabilidad de las oficinas de farmacia es mejor que en otras comunidades autónomas.

-Entiendo, entonces, que la Xunta realiza los pagos en los plazos acordados...

-Sí, en ese sentido no nos podemos quejar. La administración gallega siempre ha respetado las fechas de pago.

-La venta de los fármacos desfinanciados por el Gobierno ha caído a la mitad en el último año en la comunidad gallega...

-A pie de mostrador sí notamos que los pacientes se plantean mucho más si usar o no los productos desfinanciados, que son importantes a la hora de prevenir ciertas dolencias. Y no solo eso. A veces también percibimos que tardan más en retirar las medicinas que les recetan sus médicos, sobre todo, a final de mes.