La mayor parte de la grasa en un humano adulto es blanca o mala (michelines) y con ayuda del ejercicio esta se puede revertir en buena o marrón, que es la que se "quema" para producir calor, una vía que se ha presentado como buena para combatir la obesidad, pero que ha resultado no serlo para el enfermo de cáncer.

Según un estudio publicado en Cell Metabolism, este proceso "quemagrasa" es lo que produce en los enfermos de cáncer la caquexia, un síndrome que les provoca extrema delgadez y debilidad -no el avance del tumor en sí-, y que es la auténtica causa de la muerte de un tercio de los pacientes afectados por un tumor. Los responsables de este estudio son investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), entre ellos Michele Petruzzelli: "Es la primera vez que este fenómeno se asocia a un efecto negativo". "Lo que es potencialmente bueno para luchar contra la obesidad resulta letal para los enfermos de cáncer, que les hace consumir rápidamente sus reservas energéticas", afirmó el bioquímico José Manuel Bautista.