En las entrañas del Heinrich Pette Institut de Hamburgo, uno de los 15 centros del mundo con nivel cuatro de bioseguridad -la más alta posible-, trabaja desde hace tres años el virólogo gallego natural de Ferrol César Muñoz-Fontenla. Es un experto en ébola, que participó en el desarrollo de favipiravir, fármaco experimental que se ha suministrado a la enfermera contagiada en Madrid, Teresa Romero, ayer muy grave tras sufrir un fallo respiratorio.

"Desde el punto de vista científico", reconoce, "el caso del contagio en España se ve con cierta preocupación pero estamos más centrados en esperar lo mejor para esta paciente y nos hemos ofrecido a ayudar en lo que fuera necesario", asegura.

En cuanto al fármaco aplicado, "lo probamos en ratones y la idea que teníamos es que este fármaco, que se generó como un antigripal, podía probarse porque el virus del ébola guarda cierto parecido con el de la gripe. Había ciertas similitudes, así que decidimos probarlo cuando los ratones ya tenían síntomas, como en un caso parecido al de esta paciente", explica vía telefónica el joven. "Mientras no se hagan estudios científicos y se aceleren los ensayos, todo son hipótesis. Puede ser que el favipiravir funcione solo cuando la carga viral es baja, o con un determinado sistema inmune", apunta.

En ratones funcionó muy bien. Tanto fue así que todos los animales sobrevivieron. A principios de año, un equipo de investigadores con César Muñoz-Fontenla, procedentes de varias instituciones alemanas, publicaron un estudio en el que contaban cómo habían aplicado favipiravir a ratones infectados con ébola. Ese estudio ya ha pasado la fase II de ensayo en Japón y por tanto se sabe que no tiene toxicidad en humanos, aunque se desconocía qué efectividad tendría en humanos con ébola. Aún así, el virólogo advierte: "Todavía falta mucho para saber si este fármaco tiene efectos en humanos; lo lógico sería primero hacer ensayos en primates". Este virólogo gallego lleva años escrutando el virus del ébola, que a los ojos de un neófito se asemeja a un gusano. Tanto es así que llegó a Alemania, tras investigar en el hospital Mount Sinai de Nueva York. "Allí solo podía hacerlo con proteínas del virus, porque no había uno de estos institutos de alta seguridad, así que me vine a Hamburgo para poder trabajar con el virus", reconoce. La pregunta clave sería saber por qué unas personas sobreviven al virus y otras mueren. Él lo analiza desde el punto de vista de la respuesta inmune.

"Me sorprende la simplicidad del virus, tiene solo siete genes y es muy semejante al de la gripe", comenta. Así, estudia no solo al causante de la enfermedad sino también cómo responde el sistema inmunológico del ser humano ante su ataque. Con respecto al temor social al virus que se registra en España estos días, asegura que se aminora en la comunidad científica: "En épocas pasadas ha habido enfermedades importadas, como turistas que han llegado con fiebres hemorrágicas, o enfermedades raras y a estas personas se las ha aislado y el brote se ha parado". "Esperamos que la situación sea parecida ahora", reconoce.

Para entrenarse en ese centro científico de tan altísima seguridad en el que trabaja, asegura que estuvo seis meses en preparación. "Hay que aprender además del manejo de cómo se trabaja con los virus, el laboratorio en sí. Es casi como un astronauta que tiene que conocer todos los mandos de la nave", ejemplifica. Nunca pueden acceder al interior de ese centro sin tener una conexión con el exterior, ni tampoco sin comprobar la presión interior, ni el traje que llevan puesto.

Los fármacos experimentales ¿podrán resolver este brote de ébola? "Es muy difícil predecir si estos fármacos, o el ZMapp van a funcionar", asegura Muñoz-Fontenla. También explica que es "muy difícil" de predecir antes de que pasen los 21 días de incubación, si habrá más contagios en España.

Reconoce que los ensayos ya van por la línea correcta, vacunas y fármacos experimentales, que requieren también de un impulso económico. Este ferrolano de 39 años viajó a Nigeria para un proyecto sobre la fiebre de Lassa y en paralelo se encargó de realizar en el Laboratorio Móvil Europeo diagnósticos de ébola en personas con síntomas de la enfermedad. La página web del instituto refleja que César dirige el centro de Virus emergentes en dicho entorno de alta seguridad y que es materia de varias publicaciones suyas. Eso significa que los virus más "altamente patogénicos" que existen acabarán por estudiarse allí. "Muchos de los virus con los que trabajamos son tropicales parecidos al ébola", finaliza.