"¡Lo veo, lo veo!", gritaban los niños más entusiastas al echar el primer vistazo al telescopio. "Pero si no se ha hecho de noche ni nada", comentaban decepcionados los que se habían creado excesivas expectativas. Lo cierto es que Galicia fue ayer el mejor lugar de toda España para seguir el eclipse de sol parcial; no solo porque en esta zona del país es donde la Luna ocultó una mayor proporción del Sol, sino también porque fue uno de los puntos en los que las nubes se atrevieron a molestar menos durante el tiempo que duró el espectáculo astronómico.

En A Coruña, fueron los alrededores de la Casa de las Ciencias donde se dieron cita cientos de personas para contemplar el eclipse. La curiosidad pudo más que el sueño y, a pesar de ser día festivo, acudieron puntuales a la cita, dando al parque de Santa Margarita un aspecto mucho más animado que de costumbre, y más aún a esas horas.

Ya antes de las nueve la zona comenzó a llenarse de gente. Familias enteras, grupos de jóvenes, parejas, abuelos... muchos de ellos equipados con gafas especiales o con artilugios caseros de proyección para no perderse nada. Todos ellos eligieron este espacio deseosos de contar con las explicaciones que los miembros de la Agrupación Astronómica Io ofrecieron de forma totalmente altruista.

Desde primera hora, voluntarios de la agrupación comenzaron a colocar el instrumental para la observación del fenómeno: varios telescopios dotados de filtros solares de abertura completa y telescopios solares y otros métodos de proyección para la observación indirecta. También se instaló una pantalla con un proyector en los soportales de la Casa de las Ciencias para facilitar el visionado del eclipse al público en general pero, sobre todo, a los más pequeños.

Los aficionados no se cansaron de explicar el fenómeno a niños y mayores decenas de veces y de insistir mucho en la necesidad de proteger la vista. Reconocían que para ellos, presenciar un eclipse solar como el de ayer, era algo así como "para un fanático del fútbol asistir a la final de la Champions". Tal fue la expectación generada por el fenómeno astronómico, que al menos uno de los miembros de la Agrupación Io se encontraba ayer en las islas Feroe, a medio camino entre Escocia e Islandia, uno de los mejores emplazamientos del planeta para verlo. La población de las dieciocho islas rocosas que conforman el archipiélago danés es de unas 48.000 personas. Pero ayer se calculaba que eran unas 10.000 más.

Mareas vivas

El eclipse de sol no solo tuvo efecto en los astros; además provocó lo que en Francia se ha bautizado como la marea del siglo. El nivel del mar subió ayer más de cuatro metros en Galicia, especialmente en las Rías Altas, pero en el pueblo francés de Mont Saint Michel hoy subirá hasta catorce metros, toda una atracción turística en esta pequeña isla de Normandía. Y con estas fenómenos se dio la bienvenida a la primavera.