Párkinson Galicia echó a andar en A Coruña en 1996 de la mano del doctor Manuel Romero Rodríguez, médico especialista en neurología y afectado por la enfermedad. Desde entonces, la asociación trabaja para apoyar a los afectados y a sus familiares y para mejorar su calidad de vida, ofreciéndoles información, asesoramiento y terapias rehabilitadoras específicas y asequibles, así como para sensibilizar a la sociedad.

"Nuestra lucha es buscar y hacer actividades que nos reporten ingresos por donde sea, porque aunque tenemos cerca de medio millar de socios y los usuarios que reciben terapias en el centro -algo más de un centenar)-pagan una cuota por la fisioterapia y la logopedia, son tarifas tres o cuatro veces más bajas de lo habitual, precisamente, para que puedan acceder a estos servicios, que de otro modo la mayoría de ellos no se podrían costear", recalca Ana Vidal Carro, quien insiste en reivindicar el papel de asociaciones de enfermos como la que ella preside. "Ofrecemos a los afectados por el párkinson terapias que son básicas para mejorar su calidad de vida, y que no están cubiertas por la Seguridad Social, con lo cual estamos ahorrando muchísimo dinero a la sanidad pública", recalca.

Entre las principales reivindicaciones de la asociación, la presidenta de Párkinson Galicia en A Coruña destaca, sobremanera, la necesidad de contar con unas instalaciones "más amplias", ante el incesante aumento del número de afectados por la enfermedad y, sobre todo, "más accesibles" para los usuarios. "Antes estábamos en el Centro García Sabell, junto con otras asociaciones, pero una avería eléctrica obligó a cerrar definitivamente ese local y nos trasladaron a donde estamos ahora (calle Solís, s/n), pero el espacio se nos queda pequeño. Además, la parada de autobús urbano más cercana está junto al colegio de Eirís, y a algunos de nuestros usuarios, en silla de ruedas, les cuesta bastante trabajo llegar hasta allí", señala.