En contra de lo que la mayoría de la gente cree, ni el temblor es el primer signo de alarma, ni se trata de una enfermedad exclusiva de la tercera edad, ni los pacientes pierden sus facultades mentales. El párkinson, una patología neurológica, crónica y degenerativa que afecta a más de 150.000 españoles -unos 8.000 en Galicia y alrededor de 800 sólo en la ciudad de A Coruña-, continúa rodeada de falsos mitos. Este sábado, 11 de abril, se conmemora su Día Mundial, una fecha que no ha sido elegida al azar: coincide con el nacimiento del médico inglés James Parkinson, que describió por primera vez este trastorno en 1817, y lo denominó "parálisis agitante" (posteriormente, fue el neurólogo francés Charcot quien le otorgó el nombre de enfermedad de Parkinson). La jornada se destinará, un año más, a dar a conocer la dolencia y a derribar, precisamente, esas creencias erróneas. Una de las más habituales es asociar el párkinson, exclusivamente, con las personas mayores.

"El párkinson suele aparecer después de los 50 años pero cada vez nos llegan casos de gente más joven. De hecho, en nuestra asociación tenemos ya algún paciente de treinta y pocos años", subraya la presidenta de Párkinson Galicia en A Coruña, Ana Vidal Carro, quien sostiene que la incidencia de la enfermedad no baja porque "los expertos todavía no han encontrado la causa que explique con certeza su origen". Un desconocimiento sobre el germen de la dolencia que se compensa con una amplia investigación sobre los síntomas, el desarrollo y el tratamiento de la enfermedad. "La investigación avanza lenta, pero segura", afirma, esperanzada.

El párkinson es una enfermedad neurológica, crónica y degenerativa que afecta a las zonas del cerebro encargadas del control y de la coordinación del movimiento y el equilibrio. Por ello, el primer síntoma característico de esta patología no es el temblor, sino la lentitud al realizar ciertos movimientos, la rigidez muscular o la pérdida de equilibrio, que traen parejas otras complicaciones. "Es frecuente que los pacientes sufran depresión, ansiedad, dificultades en la deglución, alteraciones del sueño...", apunta la presidenta de Párkinson Galicia en A Coruña, quien destaca que, tras el diagnóstico, el papel de las asociaciones es "fundamental". Y es que, con sesiones continuadas de logopedia, fisioterapia o estimulación cognitiva, es posible "ralentizar" el avance de esta dolencia.

El tesorero de Párkinson Galicia en A Coruña, Julio Adán Adán, lo sabe bien. Tiene 67 años, le diagnosticaron la enfermedad en 2010 y hace apenas un año que acude regularmente a las distintas terapias (fisioterapia, logopedia, hidroterapia, masaje terapéutico y talleres de estiramientos y relajación, de estimulación cognitiva y de escritura) que ofrece la asociación. Y está encantado con los resultados. "Aunque cada caso es distinto, a mí me está yendo muy bien. Desde que entré en contacto con la asociación y empecé a asistir a las terapias me encuentro mucho mejor, incluso anímicamente. Me costó un poco dar el paso, pero ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes", destaca Julio, quien anima a otros afectados por el párkinson a seguir su ejemplo y acercarse hasta la asociación, "aunque solo sea para informarse". Una invitación que reitera Ana Vidal, quien insiste en que las puertas de Párkinson Galicia en A Coruña "están abiertas a todo el mundo". "Hay muy buen ambiente. Nuestros usuarios no son los típicos enfermos que vienen, hacen las terapias y se marchan a sus casas. Nos apoyamos mucho, somos como una gran familia", subraya.