La Xunta y los tres rectores cerraron ayer las líneas maestras del nuevo plan de financiación universitaria 2016-2020 que eleva en un 17% los fondos que recibirán las universidades. La cifra global de recursos ascenderá a 2.470 millones de euros, 365 millones más que el plan anterior. De este montante 2.059 millones serán financiación directa de la Xunta, frente a los 1.900 del anterior quinquenio, y el resto (410) procederán de los recursos que sean capaces de captar las universidades a través de convocatorias de ayudas o de convenios con otras entidades.

Una de las principales novedades para el próximo quinquenio es que se eliminan los criterios históricos que se aplicaban en el reparto de fondos y que beneficiaban a la Universidade de Santiago (USC), por ser la más antigua. El rector de la Universidade da Coruña (UDC), Xosé Luís Armesto, aplaudió esta medida, una de las grandes reivindicaciones de los responsables de la institución coruñesa, y reiteró que el reparto por criterios históricos es "menos transparente" que si se tienen en cuenta indicadores objetivos. La partida "histórica" se repartía 43% (Santiago), 30% (Vigo) y 27% (A Coruña), y el propio Consello Social de la institución coruñesa reclamaba, hace unos días, que en el nuevo plan de financiación se arbitrasen medidas que permitiesen reducir ese déficit histórico.

Al igual que el rector coruñés, su homólogo de la Universidade de Vigo, Salustiano Mato, se mostró también satisfecho con la eliminación de los criterios históricos en el reparto de fondos. "Estamos totalmente de acuerdo porque así podremos decir que el esfuerzo de la Xunta por alumno es igual estudie donde estudie", valoró Mato.

Al rector de la Universidade de Santiago, Juan Viaño, tampoco le molesta que se suprima ese baremo, que beneficiaba claramente a la institución académica compostelana. "Es bueno que desaparezca siempre que haya un reparto equitativo y transparente", señaló.

El nuevo plan de financiación simplifica, además, su estructura, ya que antes estaba dividido en un fondo estructural o parte fija para cada universidad, las partidas vinculadas a resultados y un tercer fondo para la mejora de la calidad. El nuevo reparto económico para los próximos cinco años se hará solo en base a dos módulos: una financiación estructural y otra en función del cumplimiento de objetivos.

La parte estructural servirá básicamente para sumir el coste de las necesidades de personal de cada universidad y el reparto se fijará en base a un coste estándar que tendrá en cuenta el alumnado y la oferta de créditos matriculados.

La financiación por resultados será variable y dependerá de indicadores como la tasa de rendimiento académico, la producción científica o el tiempo medio en encontrar un trabajo de los titulados de cada universidad. En este fondo se incluirán sexenios y complementos retributivos autonómicos correspondientes a méritos individuales. Según explicó el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, ambos fondos estarán conectados de manera que las partidas que no se gasten en uno de ellos se incorporarán al otro.

El incremento en la financiación universitaria arrancará en 2016 con una inyección de la Xunta de 393,4 millones de euros, casi veinte millones más que la partida presupuestada para este año. La aportación del Gobierno gallego se irá incrementando progresivamente hasta alcanzar los 427,6 millones de euros en 2020.

A esta cifra se sumarán anualmente otros 82 millones de euros que esperan captar las universidades mediante convenios con otras consellerías, fondos europeos o partidas procedentes del Ministerio de Educación. "Y partimos de una previsión conservadora", aclaró Rodríguez.

De hecho, el anterior plan partía de una cifra inicial de 2.105 millones en cinco años para las universidades y finalmente se obtuvieron 2.230 millones de euros, gracias a que las instituciones académicas prácticamente duplicaron la captación de recursos.

En los próximos cinco años la Xunta dedicará a las universidades un 5% de sus ingresos no financieros, tal y como destacó el conselleiro. "Somos conscientes de que la universidad gallega merece el mayor apoyo público posible", destacó el conselleiro de Educación, quien ensalzó que este plan es el "más objetivo, transparente y adecuado a los nuevos tiempos".

Quedan, sin embargo, por concretar algunos flecos como definir los indicadores que se usarán para el reparto del dinero. La previsión es que a principios de septiembre se reúna el Consello de Universidades para emitir un informe preceptivo y que el Consello de la Xunta le dé el visto bueno al plan de financiación a finales de ese mismo mes.