-¿Cómo llega una gallega a la NASA?

-Después de formarme en Europa me mudé a Canadá y tuve la oportunidad de colaborar en el James Webb. Después, fui ascendiendo. Siempre digo que tienes que trabajar mucho y duro, que sepan que pueden contar contigo. Empecé a colaborar con la NASA desde la agencia canadiense y, cuando entregamos el instrumento, quisieron que trabajase directamente para ellos. Fue una oportunidad muy buena para mí.

-¿Cuál es su cargo actualmente?

-Ahora soy la jefa ingeniera de sistemas para el instrumento en el que trabajo, el Fine Guidance Sensor. Colaboro con todas las disciplinas, con mecánicos, eléctricos, gente de software y de misión. Mi responsabilidad es comprobar que el instrumento va a funcionar bien y diseñar las pruebas. Una vez que lo lancemos al espacio, hay un equipo para cada instrumento, yo seré la encargada de este.

-¿Qué le falta a España en investigación?

-Creo que en España es más difícil, valoran más si has estado fuera, y se necesita más burocracia para conseguir que aprueben un proyecto. Fuera valoran más el trabajo y apuestan más por ti.

-Colaborará en la NASA hasta 2019, ¿qué retos tiene después?

-Una opción sería que continuase en el proyecto porque se espera que el telescopio esté en órbita hasta 10 años. Otra opción es que con estos conocimientos colabore en otra misión de la NASA.