Se abren las puertas de una lujosa mansión y se ve a un político sollozando frente a un apuesto fiscal: acaban de encontrarle millones de dólares ocultos en la nevera. Es una escena de En el nombre del pueblo, la nueva serie de televisión sobre corrupción con la que Pekín reinventa la propaganda. El primer capítulo de la trama se estrenó a finales de marzo y las cifras de espectadores que lo siguen marean: 6.000 millones de reproducciones en internet y 870.000 comentarios en la principal red social del país.

"Llevo años escribiendo programas sobre corrupción, pero ninguno ha sido tan popular como éste. Es una sorpresa", decía en una entrevista reciente a medios chinos el guionista de la serie y autor de la novela homónima en la que se basa, Zhou Meisen, quien de momento prefiere mantenerse alejado de la prensa extranjera.

En el nombre del pueblo está coproducida por la propia Fiscalía china, y cuenta la historia del equipo encargado de la lucha contra la corrupción, una unidad que en la realidad fue creada por el presidente Xi Jinping y que algunos analistas independientes consideran que es también un método para acabar con sus oponentes en la arena política. Aunque Xi comentara hace unos años que su batalla contra las malas prácticas "no es una lucha de poder" como la que narra la exitosa House of Cards, en China ya se relaciona el nuevo programa con la serie estadounidense, y no faltan argumentos.