Mariano Arias Páramo, filósofo y escritor, fotógrafo y profesor, "meticuloso trabajador", erudito estudioso entusiasta y "muy hormiga" en la voz de algunos de los que le conocieron, falleció ayer en Oviedo a los 65 años legando una obra extensa y heterogénea que cultivó el ensayo, la novela, el relato o la crítica literaria. Finalista del premio Nadal en 1991, ganador al año siguiente del Juan Rulfo de relatos, se fue de repente, víctima de una fulminante enfermedad terminal que se aceleró dramáticamente en apenas diez días. El súbito desenlace llega unos meses después de la culminación de uno de sus grandes proyectos, la publicación de El escriba sagrado.