El saber sí ocupa lugar y además pesa. Hasta diez kilos pueden llegar a cargar los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria cuando van al colegio. La mayoría de los escolares llevan unas mochilas que equivalen al 10% de su peso corporal y como consecuencia cuatro de cada diez niñas y el 21% de los chicos sufre dolor de espalda, que si no se corrige a tiempo puede derivar en desviaciones de la columna, lumbalgia o problemas con las cervicales. Así lo constató un grupo de enfermeros del área de la Mariña lucense que durante tres años investigaron la relación entre el dolor de espalda de los adolescentes y el peso de las mochilas escolares. Este artículo ha sido publicado ahora en la Revista Nature.

Participaron en el estudio 1.668 escolares de 11 insitutos del norte de Lugo. Se midió el peso de las mochilas y se comprobó que entre el 66 y el 80% de los escolares llevaban bolsas cuya carga equivale al 10% de su peso corporal. "Hemos encontrado casos de alumnos que llevaban hasta ocho o diez kilos", explica la directora del proyecto, Paloma Rodríguez Oviedo.

A pesar de estar en la era digital, los libros, libretas y cuadernillos no abandonan las mochilas del alumnado de Secundaria. El problema, según explica Paloma Rodríguez, es que los alumnos "cargan de más las bolsas". "En lugar de llevar solo los libros que necesitan para ese día, los llevan todos por si acaso", señala. Los escolares llegan a meter en la mochila incluso pesados diccionarios. Con tanta carga aparecen los dolores de espalda. Las niñas los sufren más porque "son las que van más cargadas, pero también porque hacen menos deporte que los chicos", según explica la directora del estudio.

Pero la investigación no se limitó a medir el peso de las mochilas sino que también pusieron en marcha con padres, alumnos y profesores medidas correctoras. Y gracias a esta intervención consiguieron que los dolores de espalda afectaran solo a un 30% en el caso de las niñas y a un 21,5% en el de los chicos. Lo que no lograron, sin embargo, es reducir el peso de las mochilas. ¿Cómo fue posible entonces aliviar los dolores de espalda? La investigadora que dirige el estudio explica que la clave está en corregir posturas y actitudes. "El problema es que además de ir cargados llevan mal colocada la mochila, se la cuelgan solo de un brazo o la llevan a la altura del culo", explica Paloma Rodríguez.

Corregir estos hábitos y fomentar la actividad física ayudó a aliviar las molestias de espalda. Pero además se editó una guía para los padres y, en colaboración con los profesores, se les convenció para que, en lugar de comprar libretas gruesas que les duren todo el año, optaran por unas más finas que usaran por trimestres.