El presidente de la Conferencia Episcopal española, el cardenal Ricardo Blázquez, fue el encargado de leer ayer ante todos los asistentes de la cumbre antipederastia la guía para el examen de conciencia sobre su gestión de los abusos a menores sus países. "¿Qué pasos se han dado en mi país para prevenir nuevas injusticias? -inquirió- ¿He hecho lo posible en mi diócesis para llevar justicia y reparación a las víctimas y a los que sufren con ellas?".

En la misa penitencial que siguió a continuación, el presidente de la Conferencia Episcopal de Ghana el arzobispo de Tamale, Philip Naameh, reconoció que la Iglesia ha "derrochado" la confianza depositada por parte de los fieles en lo que se refiere a la gestión de los abusos sexuales y ha invitado a no sorprenderse ante la desconfianza o las críticas.

"No debemos sorprendernos si sufrimos un destino similar, si la gente habla mal de nosotros, si hay desconfianza hacia nosotros, si algunos amenazan con retirar su apoyo material. No debemos quejarnos de ello, sino preguntarnos qué debemos hacer de forma diferente", señaló.

La celebración penitencial cerró ayer los debates de la cumbre antipederastia en la que, durante tres días, 190 participantes entre jerarcas episcopales, líderes religiosos y expertos han discutido sobre cómo la Iglesia católica debe poner fin a los abusos. El arzobispo de Tamale advirtió de que esta reunión es "solo un paso entre muchos" ya que todavía quedan "muchas dificultades" en la senda de la tolerancia cero que pretende erradicar la lacra de la pederastia. Para Naameh, se han hecho "diferentes progresos" y, según la diócesis, se han alcanzado "diferentes velocidades". Por ello, subrayó que todos los obispos tienen un "largo camino por delante para aplicar todo esto de forma sostenible".