Nueva reunión virtual del Eurogrupo para tratar de acordar un plan económico frente a la crisis provocada por el Covid-19 y nuevo fracaso. Tras 16 horas de maratón negociador, noche en blanco incluida, el presidente Mário Centeno suspendió, pasadas las 8 de la mañana de ayer, el largo y tenso encuentro. "Nos hemos acercado a un acuerdo pero todavía no estamos ahí. Continuaremos mañana", ha anunciado sobre la que será la quinta videoconferencia desde que empezó a propagarse la epidemia por Europa y que arrancará este jueves a las cinco de la tarde. "Mi objetivo sigue siendo una red de seguridad de la UE sólida contra el Covid-19 (para proteger a trabajadores, empresas y países) y un compromiso sobre un considerable plan de recuperación", explicó.

Ni la dramática evolución del coronavirus en el continente europeo ni la multiplicación de llamamientos a la solidaridad de los últimos días han servido para acercar posturas y superar la fractura. Países Bajos e Italia siguen con las espadas en alto sobre el uso del fondo de rescate europeo y la mutualización de la deuda. Los intentos de las últimas horas de Francia y Alemania por mediar y evitar la fractura total „afeando jugar con palabras y adjetivos mientras en Europa hay miles de muertos en lo que debería ser una vergüenza para el Eurogrupo y Europa, según fuentes diplomáticas„ han caído en saco en roto aunque los gobiernos europeos volverán a hacer un nuevo intento hoy.

"No voy a apuntar a nadie con el dedo porque creo que sería inútil y porque creo profundamente que nuestra responsabilidad colectiva es lograr un acuerdo en las [próximas] 24 horas. Un fracaso es impensable. Junto con [el ministro alemán] Olaf Scholz vamos a poner todo nuestro peso para llegar a un acuerdo", explicó el ministro francés de finanzas, Bruno Le Maire, en rueda de prensa. "En estas horas difíciles Europa debe mantenerse unida. Junto a Bruno Le Maire hago un llamamiento a todos los países del euro a que no rechacen resolver estas dificultades financieras y faciliten un buen compromiso para todos los ciudadanos", añadió el ministro alemán en su cuenta de Twitter.

La reunión del Eurogrupo parecía el miércoles a priori encarrilada. A debate, un paquete anticrisis de 240.000 millones de préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), 200.000 millones en avales del Banco Europeo de Inversiones y 100.000 millones del nuevo fondo para el empleo propuesto por la Comisión Europea. Una triple red de seguridad para gobiernos, empresas y trabajadores de 500.000 millones de euros al que Francia quiere sumar un plan para relanzar la economía europeas. El plan ha vuelto a chocar, sin embargo, contra dos grandes obstáculos: la condicionalidad exigida por Holanda para conceder préstamos a través del MEDE y la mutualización de la deuda.

Durante horas, con Centeno a la cabeza y la mediación de París y Berlín por medio, el Eurogrupo trató de acercar posturas y limar las resistencias holandesas a la ambiciosa respuesta que reclaman los países del sur para afrontar la peor crisis sanitaria desde la Segunda Guerra Mundial pero ni por esas. "El MEDE es el prestamista de último recurso cuando uno país se enfrenta a problemas financieros profundos", recordó el ministro holandés Wopke Hoekstra tras el encuentro. "Países Bajos está dispuesto a que se pueda utilizar para [financiar] costes médicos en estas circunstancias" pero "en la medida en que el MEDE se utilice para prestar asistencia económica creemos que es prudente vincularlo con la adopción de medidas económicas", insistió.

Fondo de rescate

Todos los países del sur, con Italia, España y Francia a la cabeza, niegan la mayor y exigen la activación de una línea precautoria sin condiciones macroeconómicas adicionales, ni exigencia de reformas ni vigilancia. "Es indispensable usarlo sin añadir condiciones que podrían ser percibidas como una provocación por algunos Estados y que no son necesarias para activar el MEDE. Podemos llegar a un acuerdo sin exigir condiciones excesivas para activar este mecanismo", recordó Le Maire en clara alusión a Italia, que rechaza de plano utilizar este instrumento por el estigma que lleva aparejado para los países "rescatados".

El segundo gran obstáculo para la Eurozona es la inclusión en el acuerdo de una referencia a la mutualización de la deuda. "Holanda ha estado, está y seguirá estando en contra de los eurobonos porque aumenta los riesgos en Europa en lugar de reducirlos. Además de ser imprudente tampoco es razonable" porque en ese caso "Países Bajos debería garantizar las deudas contraídas por otros", remarcó Hoekstra, que aseguró que "la mayoría de países de la Eurozona apoya esta línea".

Para esquivar esta negativa Francia propuso la semana pasada la creación de un Fondo de recuperación temporal para financiar sectores concretos y relanzar las inversiones a través de una mutualización de la deuda. Una idea que España y otros países ven con buenos ojos pero que sigue generando profundas resistencias en el norte. "Es demasiado pronto para acordar un paquete global. Esto es principalmente una crisis sanitaria", se ha escudado Hoekstra, que según fuentes europeas no se ha movido un ápice de su posición. "Países Bajos son los responsables del bloqueo", aseguran las fuentes consultadas.

Aunque hay menos problemas con las garantías del BEI y las ayudas del fondo para financiar ERTEs „aunque Holanda también tiene pegas„ todo el plan sigue en el aire. Los ministros de Economía y Finanzas volverán hoy a hacer un nuevo intento para responder al mandato de los líderes europeos del 26 de marzo."La Comisión apela al sentido de la responsabilidad necesario en una crisis así", dijo el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni.