Un total de 51 mujeres del este de la República Democrática del Congo denuncian haber sido víctimas de explotación sexual y abuso por parte de trabajadores humanitarios de agencias de la ONU, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), y otras destacadas ONG durante la respuesta a la epidemia de ébola que azotó esta región entre agosto de 2018 y el pasado mes de junio. La OMS aseguró ayer que ha iniciado una investigación sobre estas acusaciones.

Las denuncias fueron recabadas en el marco de una investigación llevada a cabo durante doce meses por The New Humanitarian y Thomson Reuters Foundation y refrendadas por conductores de las organizaciones concernidas u otros trabajadores locales de las mismas.

La mayoría de las mujeres explican que varios hombres les hicieron proposiciones, les obligaron a mantener sexo con ellos a cambio de un empleo o dieron por terminado su contrato de trabajo cuando se negaron a hacerlo. Algunas eran cocineras, limpiadoras y trabajadoras comunitarias con contratos temporales que cobraban entre 50 y 100 dólares, más del doble del salario normal en el país. En el caso de una de ellas era una superviviente de ébola que buscaba ayuda psicológica mientras que otras dos aeguran que se quedaron embarazadas como resultado del abuso.

Del total de mujeres que han denunciado estas prácticas, al menos 30 dijeron haber sido víctimas de hombres que decían trabajar para la OMS, que desplegó a más de 1.500 personas para ayudar a combatir la epidemia de ébola al Gobierno, mientras que ocho mujeres señalaron a personas que trabajaban para el Ministerio de Salud congoleño. Además, los autores de la investigación hablaron con cinco mujeres supuestamente víctimas de trabajadores de World Vision, otras tres de Unicef y dos de Alima, mientras que al menos una mujer señaló haber sido víctima de hombres que trabajaban presuntamente para Oxfam, Médicos Sin Fronteras y la Organización Internacional para las Migraciones.

La OMS ha reaccionado ya a las acusaciones, asegurando que "las acciones presuntamente perpetradas por personas que se identifican como trabajadoras para la OMS son inaceptables y serán investigadas enérgicamente". "La traición de personas en las comunidades a las que servimos es reprobable. No toleramos tal comportamiento", indicaron.