El biotecnólogo coruñés César de la Fuente, flamante Premio Fundación Princesa de Girona Investigación Científica 2021, vuelve a ser noticia apenas dos semanas después de recibir ese reconocimiento, al dar a conocer los resultados de su primer test de diagnóstico rápido del COVID, capaz de detectar el SARS-CoV-2 en solo 4 minutos, con una precisión cercana al 90%, y un coste inferior a los 4 euros (4,67 dólares). De la Fuente (A Coruña, 1986), profesor de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos (EEUU), y su equipo, publicaron las conclusiones de los ensayos de ese revolucionario dispositivo, este martes, en la revista Matter, de Cell Press. Su comercialización está en proceso, pendiente de aprobación por parte de la FDA, el organismo estadounidense que da el visto bueno a nuevos medicamentos y productos sanitarios en ese país.

El artículo que detalla esta nueva tecnología, denominada Rapid 1.0, está firmado por De la Fuente como autor principal, junto con los miembros de su laboratorio Marcelo D.T. Torres, William R. de Araujo, Lucas F. de Lima y André L. Ferreira. Frente a las pruebas PCR para el diagnóstico del COVID, que requieren varias horas para obtener resultados, el equipo del biotecnólogo coruñés describe un “biosensor miniaturizado simple, portátil y de alta sensibilidad”. El aparato, modificado con el receptor ACE2, al que se adhiere el SARS-CoV-2 para entrar en las células, es capaz de detectar ese virus utilizando 10 μL (es decir, 0,01 mililitros) de muestra en 4 minutos. La sensibilidad y especificidad de Rapid en muestras de exudado nasofaríngeo y saliva son, según los autores, 85,3% y 100% y 100% y 86,5%, respectivamente. "Nuestro test detecta la unión entre la proteína S del virus y el receptor ACE2, de tal modo que si el virus está presente en una muestra nasofaríngea o de saliva, podemos detectarlo en 4 minutos", resume De la Fuente, en declaraciones a este diario.

Variante B.1.1.7.

El equipo del biotecnólogo coruñés evaluó el rendimiento de su test rápido de detección del SARS-CoV-2 utilizando muestras clínicas del Hospital de la Universidad de Pensilvania, negativas y positivas, incluidas de la variante B.1.1.7., inicialmente detectada en Reino Unido y, en la actualidad, predominante en Europa.

Su objetivo es lograr autorización para producir el dispositivo a gran escala, “millones de unidades por semana”, especifican en su artículo los investigadores, quienes subrayan que la capacidad de detección de Rapid va más allá del SARS-CoV-2, y se podría adaptar a “otras amenazas biológicas emergentes, como bacterias, hongos y otros virus”. Serviría, por tanto, como plataforma para el diagnóstico rápido, in situ, de COVID y futuros brotes endémicos y pandémicos “en hospitales, empresas privadas o eventos públicos”, apuntan el biotecnólogo coruñés y su equipo, que diseñaron dos formatos para realizar el test: uno del tamaño de un portátil, y otra versión en miniatura, para conectar al teléfono móvil.

Rapid 1.0 es el primer test para la detección del SARS-CoV-2 desarrollado por César de la Fuente y su equipo, que ya trabajan en otros proyectos con la misma finalidad. "Hemos desarrollado dos prototipos adicionales: uno que también emplea tecnología electroquímica, y otro que usa colorimetría y que permite, por tanto, detectar el virus a través de un cambio de color", expone el biotecnólogo coruñés, quien además avanza que su equipo está probando, también, "la posible efectividad de diversos compuestos" contra ese coronavirus.